¡Ta, Te, Tweek! 2/4

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Craig estaba asumiendo sus conflictos internos, los cuales responsabilizaban a dos rubios y tras lo cual, también una maraña de emociones y pensamientos se peleaban en su estómago, experimentando una estocada al sentir como se le bajó la presión repentinamente.

-Craig, levantate.- demandó la rubia a su hijo que se iba cayendo progresivamente al suelo.

Sin darle tiempo a caer, lo arrastra para llegar a casa, obligándole a enderezarse y caminar.

Reflexionaba. Aquél beso que se dieron Thomas y él le provocó una sensación familiar, un florecimiento en el estómago.

Aquellos recuerdos se paseaban por su mente, recuerdos en los que solo aparecían Thomas y él, volviendo del tiempo unos memorables capítulos en su historia.

Él llevaba una relación íntima de amistad con Thomas, al ser por demás su único amigo. Lo que naturalmente lo llevó a confundirla comparando lo que sentía y quería con Tweek.

Tenía mucho que pensar y al llegar a casa se encerró en su habitación en busca de un consuelo, sacó a Stripe de la jaula y se acurrucó con él en su cama, dejándose sumergir en la noche simulada en sus sábanas de la galaxia, para seguidamente cerrar los ojos.

El rubio de ojos azules estaba en el último lugar donde creía que terminaría.
Su simpática madre no pudo contener su naturaleza y amistarse con la madre del rubio cenizo, siendo llevados hasta la casa de aquél.

La madre de Thomas, que lucía un cabello del mismo tono por encima de los hombros, regresa de la cocina con una bandeja plateada que tenía una tetera, dos tazas de té, una azucarera y un plato de galletas.

-Isabela, no debiste molestarte tanto- decía la castaña.

-No es ninguna molestia Helen, no suelo tener visitas, esto es muy divertido- confesaba cabizbaja y genuinamente alegre la rubia.

Los chicos estaban en la pieza del rubio cenizo, a cada extremo de la habitación. Thomas estaba sentado en su cama, Tweek parado a unos cuantos pasos de la puerta. Ninguno hablaba, se hallaban en un incómodo silencio y la tensión era el aire que no podían respirar debido a la densidad.

Thomas murmuraba maldiciones de los nervios.

Tweek en cambio trataba de estar calmado, preservando una considerable quietud.
Thomas no le generaba ninguna inseguridad que pudiera turbar su tranquilidad en aquél momento. Estaba serio, algo fastidiado de estar allí.

-Q-quiero ir al baño- dice Tweek cortando el silencio, provocando un sobresalto y una maldición en Thomas.

-A-allá, en la segunda puerta a la d-derecha- indica Thomas.

Tweek se levanta y se dirige al baño, dejando sólo a Thomas.


-¿Así que van a la misma escuela? No tenía idea de que eran compañeros, nunca lo mencionó.

-Ah, no. Son de distintas divisiones, lo e visto compitiendo con el curso de Tweek en algún que otro evento de fin de año.

-Ya veo.

La castaña bebe de la taza dándose un respiro de hablar.

La rubia capta su atención abriendo la boca tímidamente. -Helen

Ella levanta la vista.

-¿Qué condición padece su hijo?

Se le queda un poco de té en mitad del camino, carraspea y se serena. -Me dijeron que tenía TAG, y leves matices de padecer autismo, aunque el TAG lo maneja bien me dijeron. Él de hecho quiere asistir a clases de boxeo, pero temo que esa disciplina pueda ser demasiado entre ello y el colegio. Tiene tantas ganas, que lo estamos considerando verdaderamente. Aunque debo admitir que también temo porque el boxeo pudiera ser una herramienta peligrosa a la hora de tener sus ataques.

Amor Inofensivo. //TweekxCraig//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora