Indiferente - Bajitora

4.

Ambos chicos se encontraban recostados en la cama del menor, Kazutora siendo abrazado por Baji en pose de cucharita, que dejaba pequeños besos en su cabellera de vez en cuando. Estaban viendo una película de adolescentes en Netflix, habían visto una reseña de una youtuber diciendo lo mala que es, y efectivamente, era pésima, pero al menos les servía para burlarse de las tontas situaciones en las que se metían los protagonistas. 

Justo en ese momento la pareja principal estaba follando otra vez, sí, otra vez porque aquella filmación tenía un buen de escenas sexuales innecesarias, esto le causó gracia a Keisuke, que dio una suave risa detrás de Kazutora.

—¿Qué pasa? —preguntó el teñido al escucharlo.

—Es como cuarta vez que se ponen a coger, apenas vamos por la mitad —el mayor asintió levemente con una sonrisa, ahora entiende porque la reseña se saltó varias escenas.

Kazutora llevó su mirada al protagonista, este era un chico inmaduro con problemas de ira, completamente odioso, podría jurar que trataba como objeto a su pareja, pero debía admitir que era muy atractivo físicamente, con su cuerpo levemente bronceado y marcado, ojos marrones y profundos que mostraban dominancia al igual que su sonrisa, que era adornada por colmillos que resaltaban entre el resto de sus dientes.

No se parecía a su pareja, claro que no, solo en las partes ya mencionadas, además que Baji era muy atento con él, mientras que el chico de la película dejaba a la novia a su suerte cada vez que se molestaba con ella.

—Cariño ¿te puedo hacer una pregunta?

—¿Hm?

—Ahora que estamos en media escena de sexo —dijo el pelinegro, ganándose una risa nasal del contrario—. ¿En qué piensas cada vez que te acuestas conmigo?

Ok, el ojiamarillo no se esperaba esa pregunta. Dio un salto en su lugar, soltando un jadeo de la impresión, era cierto, estos meses ha estado follando con Keisuke sin algo de cariño (o eso fingía), simplemente lo llamaba cuando se sentía caliente y le contaba lo que quería probar o hacer. Algo de culpa empezó a invadirlo nuevamente, no sabía como decir eso.

—Mhm, no se como explicar esto —dijo algo inseguro, el menor tomó el control de la televisión y la apagó para escucharlo bien.

—Con tus palabras, prometo que no me voy a enojar.

—Yo... Ugh, como solo era sexo no tenía tanto problema en controlarme, quería ignorar mis sentimientos diciendo que era pura atracción sexual, pero no, me vuelves loco cada vez que me tocas donde me gusta, solo que podía fingir bien —admitió con vergüenza, sus mejillas se sonrojaron por tal confesión, grande fue su sorpresa al sentir que los brazos que lo rodeaban lo apretaron con más fuerza.

—Tranquilo, tampoco me molesta complacerte —susurró en su oído, haciéndolo estremecer—. ¿Sabes lo lindo que te ves en medio del orgasmo?

—K-Kei —dijo apenado, notó que una de las manos del contrario estaba acariciando su costado.

—¿Puedo llevar el control hoy? —preguntó frotando el hueso de su cadera con su pulgar, trazando círculos en aquella zona.

—Sí, está bien.

Y con el consentimiento de su novio se puso encima de él, colocando sus piernas en los costados de Kazutora. Bajó hasta el rostro de su amado, analizando cada detalle que lo conformaba: pequeñas arrugas debajo de sus ojos, que por lo general estaban apagados pero podría jurar que ahora tenían un tenue brillo; un bonito lunar que le daba un toque coqueto, labios levemente carnosos a los que besaría toda la noche, era una verdadera belleza la persona que estaba a su merced.