5.

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Baji caminaba por los pasillos del colegio molesto, con las manos en sus bolsillos porque tenía unas ganas inmensas de golpear al primero que se le pusiera en frente. Acababa de salir de entregar el proyecto y se le olvidó que también debían exponer, por lo que el profesor le bajó nota, solamente a él, ya que Chifuyu si supo defenderse de las preguntas que le hacía el maestro de ciencias.

Afortunadamente esa fue la última clase, Chifuyu se quedaría haciendo unas cosas con Hakkai y no tendrían que irse a casa juntos, así que ahora se dirigía al salón de su novio, quizás volverían a hacer pijamada como en la noche anterior, de todas formas su papá estaba de viaje y a su mamá no le importaba mucho que saliera siempre y cuando le avisara por mensaje.

Cuando llegó al lugar miró por la ventana, el teñido seguía ahí, guardando sus cosas aunque la mayoría de los estudiantes ya habían salido, vio que a su lado se encontraba Takemichi dándole unos papeles, que colocó en medio de uno de sus cuadernos para no arrugarlos, escuchando un suave "gracias" por parte de su pareja y el ojiazul se retiró, dando paso a su entrada, no quería que interrumpieran su momento con el tatuado. Se acercó sigilosamente, intentando no hacer ruido para darle una sorpresa, se veía tan tierno concentrado en sus cosas que necesitaba darle un abrazo.

—Me regresas las páginas mañana —dijo Hanagaki alzando la voz, el chico había regresado, apareciendo por la puerta solo para decirle eso al teñido. Este se volteó para contestarle, pero al observar que su novio estaba detrás de él no salió nada de sus labios, solamente esbozó una pequeña sonrisa al encontrarlo con la mirada. El pelinegro pasó de la determinación a estar enojado de nuevo, le dio una mirada asesina al menor y este escapó antes que le metieran un puñetazo. El tatuado río por la escena, pero notó que había algo raro con él, por lo que decidió preguntarle.

—¿Por qué esa cara de culo? —dijo en tono de broma para aliviar la situación.

—No, no pasa nada, te quería asustar —respondió de mala gana, aún seguía viendo el marco de la entrada para asegurarse que no viniera nadie más.

—Te conozco, digo, siempre tienes cara de querer golpear gente pero ahora más de lo normal, ¿qué te pasó o qué?

—El viejo de ciencias me puso seis en el proyecto —pronunció con mala gana, pensó seriamente en reclamarle la nota pero no quería que lo reprobaran por andar de testarudo (como le pasó varias veces en años anteriores).

—Pero pasaste —contestó indiferente, para Kazutora la nota mínima era un gran logro y no veía el problema.

—Ya tenía malas notas antes, ahora necesito nueve en el examen final para pasar —dijo suspirando, la verdad es que la materia no estaba tan difícil en este periodo, pero tenía que leer mucho y aprenderse algunos nombres, además que en los próximos meses vendrían los ejercicios de física y química y quería tener algún agarre por si reprobaba los siguientes semestres, aunque ahora tiene que conformarse con la nota mínima.

—Oh, entiendo —respondió agarrando su bolsón con una mano, mientras que con la otra le daba palmaditas en el hombro—. Te puedo ayudar con estos temas, para mí son fáciles.

—¿De verdad? —preguntó con una carita de ilusión, se le subieron los ánimos de repente.

—Claro, si quieres voy a tu casa hoy y te explico, mientras no tenga números te puedo ayudar —le sonrió, tomando su cuaderno para empezar a caminar.

—Muchas gracias, en serio.

—Claro, y por cierto, tengo que sacarle copia a estas fórmulas de matemáticas, ¿me acompañas a la fotocopiadora que está por aquí abajo?

Indiferente - BajitoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora