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[Sexta Escena]

Mar.

{ZONA DE PROTECCION DEL DELINCUENTE}

--Una moneda... - murmuro una vez más para ser escuchada, en mi mano sostengo un vaso de plástico que antes contenía un amargo café -, una moneda, por favor.

--No seas dramática, ya te di café.

--Malo, por cierto.

El oficial se ríe de mi actitud y lo hace porque le conozco desde primaria, es vecino en mi viejo vecindario.

--Tía Me se enojada mucho contigo.

--Se compadecerá porque me has dejado sin comer - respondo con seriedad sin dejar de agitar el vaso.

--Te ofrecí galletas de naranja.

--Ni su empresa las quiere - vuelve a reírse.

--¿Qué quieres? - y al fin se digna a mirarme en mi insultante situación, sentada sobre una de las sucias bandas con mis rodillas al pecho, esposada de la muñeca derecha a un metal en medio de la pared.

--Un pastel de chocolate... - levanta una de sus cejas -, por favor.

--Tu estas molestas pero te niegas, por eso estas aquí.

--La negación se puede usar en mi contra... no diré nada hasta no hablar con mi abogado - son más palabras que he intercambiado con una persona, pero a este hombre le conozco hace bastante tiempo, fuimos vecinos y nos criamos juntos por así decirlo, ahora verlo con su trajecito de policía me llena de orgullo, solamente que no pensé que me arrestara a mí.

--De acuerdo, - se da por vencida -. Vuelvo enseguida, te traeré tu pedido.

--Me siento una presa con privilegios - suelto y vuelve a reírse, tiene una hermosa risa pero odio que la aplique hacia mí.

--No eres una presa - niega levemente metiendo su camiseta dentro del pantalón.

--Prófuga, no estoy.

--Pero detenida sí.

--... ¿Llamaste a mamá?

--Hace unos cinco minutos me dijiste que no lo hiciera - me rezonga, cruzándose de brazos, unos fuertes y mordibles brazos.

--No lo hagas... - repito, suavizando mi ceño -, metería su mano en mi pecho, sacaría mi corazón a pulso y lo aplastaría con un dedo esperando un sentimientos en él.

--Hace tiempo no escuchaba tus raras escenografías, aunque eso del corazón puede solucionarse, solo dile cuanto la amas.

Chasqueo mi lengua - Díselo tú.

--¿Vez? Las madres esperan que sus retoños que llevaron nueve meses, en tu caso siete ¿no? - le levanto el dedo sarcástica por su pésima broma -. Les digan que la aman al menos unas vez al mes.

--Ella sabe...que le quiero - me incomodo tan solo pensar en esas palabras.

--Lo sabe pero le gustaría escucharlo ¿sabes? - me observa como si fuera muy inteligente.

--¿Y mi pastel?

--De acuerdo, vuelvo enseguida.... No te muevas de ahí - me apunta de nuevo riéndose.

--...Gracioso.

No creí que su nombre fuera importante para esta situación pero su nombre es Zeus Prachaya, si, así como uno de los más grandes dioses del Olimpo, el golfo y el que podría estar en todos lados, ese es Zeus, este también es, es totalmente la representación humana de Zeus; no se imaginan como se llama su pequeño hermano.

MalaꜜHierba [BadꜜWeed] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora