Esmeraldas Brillantes

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Después de aquella extraña situación, en realidad, Razor no pensaba que estarían todo el tiempo juntos. Pronto, se dio cuenta de que ese no iba a ser el caso.

—Hey Razor, compré unas galletas de chocolate en la cafetería. —Bennett volvía al mismo sitio de antes para hablarle con una sonrisa de oreja a oreja.—Me perdí de nuevo en los pasillos, pero lo bueno es que solo tenia que seguir a las personas hasta llegar ahí. —Desvío su mirada hacia el chico hablador, notando que su uniforme estaba todo desarreglado.
Lo entendía, siempre la cafetería estaba llena de personas, así que no le sorprendía su estado actual.

Estaban en su segundo descanso, y de alguna forma, la misma situación se volvía a repetir.

Decidió cerrar su cuaderno y ver a Bennett abrir torpemente el envoltorio de galletas. Cuando al fin lo logró, por la fuerza que usaba, dos galletas se fueron volando hacia el suelo.

—Oh... —Bennett miró con pena la comida que había conseguido con tanto esfuerzo para ellos. —Está bien, aún quedan 4. —Trató de animarse a sí mismo, sin que su sonrisa se desvaneciera.

Razor aceptó la galleta sin decir palabra alguna, mientras observaba como Bennett comía también. Parecía hambriento, y tal vez tenía razón, pues en el primer descanso no había comido nada.

—Te digo algo Razor, este día estaba siendo muy malo para mí, pero creo que ha mejorado un poco cuando aceptaste mi amistad. —Razor se atragantó un poco y le miró algo extrañado. No se esperaba que estuviese tan agradecido con él sobre algo así.

—Uh... Está bien. —Aunque no quisiera, aquellas palabras le hicieron un poco feliz; ya que nadie se sentía con ánimos de estar a su lado realmente. —Si quieres... Te puedo enseñar mejor la escuela mañana. —Razor desvío la mirada, esperando alguna respuesta negativa.

Pero no fue así, pues al no recibir respuesta, decidió voltearse para ver al peli cenizo, el cual estaba con sus ojos brillando de ilusión. —¿Lo dices enserio? ¡Me encantaría! Me confundo mucho con los pasillos. No sé cómo se acostumbran a eso. —Razor hizo una pequeña sonrisa. Bennett era raro, pero algo agradable para él.

—He estado... Muchos años en esta escuela, no fue tan difícil... —Miró hacia la ventana, notando que ya estaba haciéndose más de tarde.

—Sí, claro, yo recién he llegado hoy. —Arrugó el envase de las galletas y lo botó a un cesto de basura mientras se reía un poco por el tema que estaban hablando. —Mañana comamos en la cafetería. Tienes que salir de este salón. —Se puso una mano en la cintura y Razor sintió un poco de pena al escuchar aquello.

—Me gusta el salón...

—Pues estas aquí todo el día ¿Eh? Un poco de movimiento no vendría mal para ti.

Razor suspiró, parecía que nunca ganaría algún debate contra Bennett si le ponía excusas de por medio.

—Bueno, pero no te aseguro que sea bonito. —En realidad no quería andar por ahí si todo el mundo se estaría alejando de él.

Bennett no le prestó mucha atención a ese comentario. De hecho, curiosamente veía a Razor estar más perdido en sus pensamientos que antes.

Inclinó la cabeza, abriendo la boca para molestarlo un poco. —Ahora que soy tu amigo ¿Puedo ver tu cuaderno? —Preguntó, aún curioso sobre lo que escribía el peliplata, pero sobretodo, quería que siguiesen hablando de más cosas.

Razor le miró apenado y negó con la cabeza. —Son cosas sin importancia. —La verdad, eso lo hacía más misterioso, pero parecía que no quería que lo supiese.
Bennett decidió respetar su decisión, igualmente no era algo que tenía que saber obligatoriamente, además recién eran amigos. "Estoy siendo un poco confiado" pensó, haciendo un pequeño puchero.

𝘀𝗵𝘆 𝗽𝗼𝗲𝗺𝘀 𖤛 rannett. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora