Las Historias No Siempre Las Cuentan Los Buenos

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Caso Primero: Tormentosa Alicia
Nombre: Alicia Linn
Edad: 16 años
Tamaño: 1,68m
Peso: 58 kg

El mundo vive en una tormenta, todos  remamos. Algunos tienen que remar fuera de la tormenta, otros en su interior. ¿Y yo? Yo remo en el centro. En la calma. Pero hoy estoy dispuesta a eliminar todas las tormentas. Veran... en mi escuela hay cierto grupo de chicos que me hacen bullying y... quisiera hacerles una broma. Estoy en camino. Llevo mi cuchillo de cocina, intimidan en los creppypastas, también mi arco deportivo, es que practico mucho y bueno, creo que va a ser útil. Voy un poco puesta, mi brazo está lleno de pequeños puntos enrojecidos, creo que no debí meterme tanta metanfetamina, la cabeza me da vueltas. Jajaja.....estoy mareada...y un poco loca, loca porque me han llenado de mierda, en todos los sentidos de la expresión...
Alicia era una chica común, una la típica chica etiquetada mil veces con millones de adjetivos que se le atribuían a su personalidad callada y reservada. Amante de los libros, estudiosa y práctica, pero frágil ante un mundo lleno de tormentas, como ella misma afirmaba. Caminaba con un par de botas de vaquera, un pantalón ceñido y un abrigo rosa con dos conejitos bordados. El pelo suelto y la cara desaliñada, llena de lágrimas y con una mueca rabiosa en la boca. Tenía un único propósito aquella noche, deshacerse de aquellos que le hacían bullying, quizá de una manera agradable, o quizá no tanto...
Caminaba apresurada, la mano con el cuchillo le temblaba, sabía que estaban allí, su punto de reunión, el viejo refugio en el bosque, iba muy drogada, pero con ideas muy claras: Matar.
Ya me estoy acercando, puedo olerlos, sus repugnantes sudores, aquella noche me violaron todos ¡Malditas lágrimas! Me nublan la vista ¿Qué es eso? Es un asqueroso cerdo en dos patas, sus pezuñas se hunden en la tierra húmeda del bosque mientras su cuerpo hediondo se vacía. Siento su respiración agitada, lo siento. ¿Tendré el valor de asesinarlo?
La chica se lanzó por detrás del enorme joven, grande y voluptuso le clavó el cuchillo en la espalda a la altura de los riñones, su cuerpo entero vibró, la joven Alicia sentía como se resquebrajaban los órganos, la sangre se resbala humedeciendo las puntas de las mangas del abrigo. Alicia lo huele, puede sentir el miedo en el enorme chico, puede saborear el instante en el que se diluye el miedo, en su sudor y sangre.
Delante de ella tiene la escotilla de entrada al "búnker" de estos "malditos" como suele nombrarlos su cabeza una y otra vez mientras flasbacks de su violación le rondan la mente. Baja de un tirón lanzándose por la corta caída como más de una vez vio a los "malditos" hacerlo. La música está muy alta dentro, las luces de neón y el humo de la marihuana crean un ambiente de visibilidad escasa, favorable para nuestra depredadora, que, luego de probar la muerte quiere acariciarla de nuevo con el fino susurro de su cuchillo.
Entra y lo primero que observa es una escena que le hace recordar el "incidente" al que los "malditos" la habían sometido: uno de ellos, Ger, se deleita salvajemente de los placeres de su novia, ambas bestias gimen y bufean mientras el calor del lugar los hace sudar. Era sólo sexo, salvaje, como el que aquellos animales acostumbraban a tener, como el que habían tenido con ella sin su consentimiento. La chica entró a la pequeña habitación. Lanzó una estocada por la espalda  al que era el más musculoso de los chicos, sin embargo la luz tenue provocó un fallo en su puntería, empalando a la chica que el bruto joven poseía, y ocasionándole un corte medianamente profundo en el cuello por un lateral, haciendo que la sangre se le saliera del cuerpo de forma lenta. 
Como un resorte el joven intentó volverse hacia atrás, pero la chica lo retuvo golpeándolo con el mango del cuchillo en la cabeza y abrazándolo, y mientras reía le dijo:

<< ¿Recuerdas cómo me violaste bruscamente aquella noche? >>

No había terminado de pronunciar aquellas palabras cuando le tomó el miembro y se lo arrancó de un tirón con el cuchillo, haciendo que el jóven se retorciera de dolor mientras la sangre coloreaba la blanca espalda de su amante.
Continuó a la otra habitación donde se encontraban los demás chicos. Al entrar, simplemente sonrió, la muerte se había apoderado de ella. Dos se abalanzaron contra ella, sólo se pudo ver una cabeza volando y un cuello lanzando sangre como una regadera automática. Un tercero fue con una navaja, sólo se vio un abrazo. Los chicos sonrieron pensando en que ya estaba muerta pero no fue así, vieron al grandulon caer de rodillas con la navaja en un ojo y sangre en saliéndose por su región abdominal. Alicia ya no sentía la música, ni siquiera veía, se encontraba en un limbo de placer, borrando los flasbacks de su violación.
¿¡ Qué, esto es todo lo que tienen para ofrecerme !? Siento tanto bien...los flasbacks de mi violación... Mi mente está tan limpia ... La seguiré limpiando.
Corrió hacia adelante pateando a uno contra la mesa, luego subió a esta sólo para, de un pisotón en la cara, explotarle el cráneo al chico. Kan,  como llamaban al segundo al liderazgo de la pandilla de vándalos, la golpeó en la cara haciéndola caer, y tomo un machete en la pared para descuartizarla allí mismo en el suelo, sin embargo, al voltear no la vio. Un silbido agudo corto el aire tóxico del cerrado cuartel, Kan sintió la flecha abriéndole el pecho, y, sin tiempo para reaccionar, cayó sin vida en el suelo.
El bautizo de sangre no acababa, y mientras ella se deleitaba con el vistoso espectáculo que le recreaba su masacre, Rey, como dramáticamente se llamaba el amo de aquella desordenada jauría, junto a dos de sus cachorros, se daba a la fuga.
Alicia sólo sonrió, a ella sólo le gusta cazar.
Tomó el cuchillo, el machete y el arco y salió del bunker, y como Odiseo, tomó pose de tiradora vetenara para atravesar  a los  antaño cazadores. Lanzó la primera flecha , fallando a propósito para intimidar, la segunda se cobró al primer sabueso, entró por la cabeza y le destrozó un ojo. La tercera flecha se cobró al segundo muerto, dejándole la lengua hecha una brocheta al entrar por detrás de la nuca. Una cuarta flecha atravesó la pantorrilla derecha  de Rey, quería cazarlo, que su muerte valiera lo que su virginidad para ella; aún así continuó moviéndose, tratando de escapar de lo inevitable, por lo que fue necesaria otra flecha en la pierna izquierda para que cayera al suelo.
Rey se arrastró por el suelo varios metros en voluntad de que su vida prevaleciera, pero su destino no le era tan favorable, una bota en la espalda le anunciaba que su verdugo ya estaba ahí. Primero le unió la mano derecha  al suelo con una flecha, luego tomó el cuchillo y le arrancó la lengua mientras jadeaba y lentamente se le acercó al oido

-Shhhh,  no necesitas hablar ya, ni intentar gritar, sólo no te ahogues  con tu sangre, tu muerte tiene que ser un espectáculo tan grande como... ¡Adivinaste! Mi violación. Debe ser tan  hermosa como tu brutalidad.

El joven, agotando opciones, tomó la cabellera de la chica con la mano libre  y la jaló bruscamente, tratando de tenerla en posición para ahorcarla,  pero sólo pudo ver como tres de sus dedos volaban con cabellos castaños enredados en ellos.

-No eres nada inteligente, creo que será mejor que te mate ya

Diciendo esto le clavó el machete en la espalda, bien firme al suelo , con el borde filoso apuntando a sus piernas, lo tomo por los brazos y comenzó a alarlo haciendo que lentamente el machete empezara a romperle el cuerpo a la mitad, mientras sus órganos se rompían lentamente y las hojas secas se matizaban de rojo oscuro, entretanto pronunciaba su discurso entre jadeos por el sobresfuerzo :

- ¿Sabes algo?, Creo que no, igual te lo voy a contar, antes creía que debía estar en el centro de la tormenta, la clama, el confort, pero llegué a la conclusión de que es mejor ¡Ser la tormenta! ¿No es jodidamente enfermo? Igual con ese agujero en el cuerpo no debes saberlo, si en la morgue te unen será de puro milagro.
Creo que ya has muerto, fue hermoso, me ayudaste a llegar a grandes conclusiones, pero no es suficiente, ¡Ya se! ¿Porque en vez de hablar con un muerto cuyas piernas le llegan al pecho no mejor salgo a buscar más? ¿Si, eh? Creo que es mejor que esta tormenta continúe su paso por el océano.
Arrancó el machete ensangrentado del suelo y salió, con rumbo desconocido, a buscar nuevos barcos que hundir, a fin de cuentas, ya podía con una flota ¿No te parece?

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