Parte 6

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—Bien, me rindo —dijo Shinsou.
—No te rindes, —levantó la William— estudias hasta llegar al límite, o te das por vencido.
—Todo se está dificultando…
—Deberías dejar de perder el tiempo con ese chico…
—¡Neito no es una perdida de tiempo! Él también está estudiando…
—¿Y tú te darás por vencido, aún cuando tu novio está esforzándose todos los días?
Shinsou lo miró.
—Monoma —continuó William— no se da por vencido, Ryuk me ha contado que se a puesto serio con sus lecciones, está aprendiendo incluso más rápido que tú, ¿y es de está forma en que le pagas? ¿Los libros se vuelven complicados y tú decides que todo lo que has hecho no vale la pena?
—Disculpe…
—Incluso sin Monoma, deberías ser honesto contigo, continuar con tu educación porque, sin importar si estás vivo o muerto, todo lo que tienes es tu esfuerzo y tu convicción, no lo olvides.

Dos Shinigamis en Entrenamiento


Shinsou salió de la oficina de William. Era verdad que él avanzaba, pero cada paso adelante era esforzarse aún más, y pronto se complicó. No sólo debía estudiar, debía hacer ejercicio físico para mejorar su agilidad, pero entre estudios, su ejercicio, y las prácticas, le quedaba poco tiempo para ver a Monoma en lugar de descansar.
Ahora tengo media hora, pensó, iré a verlo.
Sin embargo, lo que encontró fue a un grupo de trabajadores cambiando la marquesina vieja de la azotea, donde ya no había rastro de Monoma.
Shinsou desapareció, apareciendo en el edificio de enfrente, dónde estaba Ryuk.
—Ryuk-sama…
—Monoma no estaba —interrumpió Ryuk—, hace días que no logro encontrar su alma.

***

Monoma se miró al espejo de nuevo, tratando de mantenerse sereno…
Estaba vivo.
Sin embargo, ahora era una hermosa chica castaña de cara redonda y ojos grandes. A decir verdad tenía muchas y buenas curvas, tenía un cuerpo redondo y bello. Parecida el tipo de “chica linda y coqueta”, de esas que aman el rosa y las cosas tiernas. Sin embargo, su habitación era oscura, no tenía adornos, sólo una foto de sus padres, y una de ella, su foto escolar de hacía, quizá, dos años. Las chicas que él había conocido tenían habitaciones estilo Pinterest: luces, almohadones, posters, fotos. Aesthetic.
Pero esta chica no, y Monoma la entendía: esta chica estaba triste.
Sus padres llamaron a la puerta y abrieron: un hombre y una mujer que sonreían a pesar del cansancio emocional. No sabía que los adultos se sentían así, sus padres no, al menos, pero los padres de esta chica estaban cansados, y aún así, tenían una sonrisa para ella. ¿Ellos entendería lo valioso que era eso?
—¿Cómo te sientes, Ochacko? —preguntó su padre.

Oh, ¿porqué mantienen su distancia?

—Estoy cansado —respondió Monoma, apresurándose a reafirmar—, es decir, cansada.
—¿Quieres algo de comer?

Vaya, sí tengo hambre, ¿cuánto tiempo hace que esta chica no come?

—Sí —sonrió—, quiero comer.
Los adultos se sonrieron.
—¿Qué quieres comer, Ochako? —preguntó la mujer.
—Lo que prepares está bien, mamá.

Eso la hizo llorar, ¿será porqué tengo hambre, o porqué la llamé mamá?

La mujer lloró sonriendo y ambos salieron, avisándole que la llamarían a comer.
Monoma los observó y se miró de nuevo al espejo.

Shinsou, dónde estás.

***

—Monoma no se fue —dijo Shinsou preocupado—, algo le sucedió…
—Quizá alguien cosechó su alma —contestó Ryuk—, cualquier cosa pudo suceder
—Así es, porque él no me abandonaría así… Así como yo lo hice…!
Shinsou sintió que estaba ante una gran verdad, y se sentó al borde del edificio.
—Monoma… Abandoné a Monoma…

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