Planeado

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-Yo podría darte una familia también Caín, solo tienes que regresar conmigo y olvidarte de esos bastardos - Caín solo se queda en silencio y mira con indiferencia a Jooin, - Por favor Jooin, ya no seas un arrastrado, acaso no te quedó claro hace tiempo que ya no quiero estar contigo, ¿eres tonto o que?- Jooin solo suelta una risita, - Caín, Caín, este rechazo te costará y muy caro - sin dejar hablar a Caín, Jooin se fue muy enojado por supuesto, pero sabe que le carcomió los nervios a Caín, quien solo trato de calmarse mirando dormir a sus pequeños, y fue cuando notó una peculiaridad en uno de sus hijos, tenía un mechón de color negro, al ver esto sonrió, hasta que una mano en su hombro le sorprendió, era su Gatito, que recién se había despertado y lo primero que pregunto fue que, en dónde estaba su Alfa, - Así que…¿estos son nuestros hijos?- preguntó ingenuamente el Omega, -Noo, como crees, son de la mujer que estaba pariendo en el cuarto de a lado - respondió burlón el rubio, un codazo le fue depositado en su estómago cosa que lo hizo retorcerse de dolor, - No hagas bromitas conmigo, ¿entendiste? - Sip, ya entendí mi vida – dijo un adolorido Alfa, aunque esas palabras hicieron sonrojar fuertemente a Yahwi. Caín pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura de su pelinegro mientras veían a sus adorables pequeños, esta escena les podría parecer tierna a cualquier persona, ver a dos padres cuidando el sueño de sus pequeños, una escena conmovedora ¿no? Pues no lo era para Jooin , quien miraba desde lejos ese panorama, con una mirada de tristeza y a la vez con enojo…

Pasaron aproximadamente tres semanas para que Yahwi pudiera salir del hospital, pues “misteriosamente” su suero fue intoxicado al menos 5 veces, lo bueno fue que no enfermaron de gravedad a Yahwi a pesar de ser Omega. – No entiendo porque tanto alboroto, desde cuando pude salir de ese maldito hospital – iba diciendo un muy enojado pelinegro, - fue por tu bien Gatito, ¿Qué hubiera pasado si mi hermoso futuro esposo se enferma más feo? – No digas esas cursilerías por favor, y no, no me hubiese enfermado porque soy muy fuerte – Ahhh, lo que tú digas – dijo el rubio finalizando esa pequeña discusión, quien se encontraba realmente muy feliz, pues al fin tendría a su familia completa en casa. Finalmente llegaron a su departamento entraron rápidamente al cuarto de sus hijos y se encontraron una escena enternecedora pues sus hijitos se encontraban durmiendo abrazados el uno con el otro, aunque siempre era dejado de lado el bebé “especial”, esa escena les fue interrumpida por una mujer que se disponía a irse, era la nana que Caín había contratado durante esas semanas, pues sabía que solo no iba a poder y menos con tres bendiciones. – Muchas gracias por su servicio, le llamaremos en caso de necesitarla – despidió el rubio, - seguro la llamaremos – dijo un pelinegro, la mujer solo sonrió, recibió su paga y se fue, dejando a dos hombres adultos que no sabían ni cuidarse a si mismos, cuidando a tres inocentes criaturas. – Bueno, y…¿ahora que podríamos hacer? – dijo el pelinegro rodeando el cuello de Caín con sus brazos, - los niños duermen y yo estoy caliente ~ Caín rápidamente sujeto el trasero de Yahwi cargándolo, y el pelinegro rodeo la espalda del rubio con sus piernas, este de inmediato lo llevó a su habitación tumbándolo en la cama, se lanzó a besar de forma presurosa los labios de su amado, devorándolos ferozmente, rápidamente introdujo su lengua en la boca del pelinegro, iniciando así una guerra entre sus lenguas, pronto el oxígeno entre ellos se empezó a acabar provocando que se alejaran, pero un hilo de saliva aún los unían, iban a continuar pero unos lloriqueos impidieron eso, - Argh, ¡maldición! Ahora vuelvo – dijo un poco enojado el rubio, el pelinegro solo soltó una pequeña risa – Ja ja ja – después se puso un poco pensativo, pues jamás se vió en el futuro con hijos, y menos que estos fueran de Caín, - Ahhh, esta será mi vida, a partir de ahora – dijo esbozando una sonrisa…