II

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La incomodidad en el chico de religión judía era notoria, pero está no sólo se debía a lo intimidante que le parecía Thelonius, sino al hecho de que una gran vergüenza lo invadía por ser cargado como damisela en puros por un hombre, después de haber sido lo suficientemente torpe como para hacerse daño en plena clase de deportes, pero que constará que no era su culpa que fuera tan deplorable en deportes, era más bien culpa de su genérica. Era tan vulnerable, siempre lo había sido y el tener unos papás sobre protectores no había sido de mucha ayuda, y aunque él pesará lo mismo que una pluma, se sorprendía de la fuerza que Thelonius tenía, y se volvía a avergonzar por segunda vez al recordar las molestias que le estaba causando. No podía lidiar con la vergüenza que sentía, tan así que las palabras simplemente no salían de su boca, ¿Qué debía decir? No sabía, sólo deseaba desaparecer, ya mismo de ser posible, pero las circunstancias no serían tan generosas con él.

Una vez que llegaron a la enfermería, está se encontraba vacía, puesto que la enfermera estaba en su descanso.

El de ojos verdes, se irritó bastante, ¿Y ahora qué? Sin perder su malestar, lo depósito sobre la camilla y comenzó a buscar, quien sabe qué, según Cyrus, quien se mantenía inmóvil cual estatua, por lo que grande fue su sorpresa al ver como el basquetbolista, tomaba un par de gasas y agua oxigenada para limpiarle la sangre que continúa saliendo de su herida en la rodilla, escurriendose por el resto de su pierna. 

En verdad no sabía por qué se tomaba tantas molestias, sólo lo hacía, por lo que no alcanzó a medir su fuerza, mientras le hacía la correspondiente asepsia a la herida, acto que provocó un gimoteo de dolor en quien recibía la atención, entonces y sólo entonces Thelonius elevó su mirada y lo observó, ejerciendo nuevamente la misma acción, fingiendo que no era consciente del dolor que provocaba, ganando en consecuencia otro gemido de dolor, calando este muy profundo dentro de él, admitiendo que era lo más delicioso que había oído en mucho tiempo, entonces no se disculpo porque en verdad había disfrutado aquel exquisito gemido, poco importaba si era de dolor.

Cuando creyó que era suficiente cubrió la herida con gasa y cinta hipoalergénica.

Y entonces se marchó sin más, dejando a Cyrus solo, y con una enorme culpa encima, por no haberle podido agradecer, pero es que simplemente se le había olvidado cómo emitir palabra.

Casi al instante hicieron acto de presencia sus amigos, siendo Buffy quien más preocupada estaba por él y eso que Andi y Jonah, como también Marty no se quedaron atrás, pero se aliviaron al ver que su amigo ya había sido atendido pero no por quien ellos imaginaban.

Mientras tanto Thelonius ya se encontraba en los vestidores cambiándose de ropa, pero no para tomar la siguiente clase sino para irse. Hubiera preferido bañarse antes, pero eso lo haría cuando llegara a su casa, ahora sólo quería irse.

Claro que grande fue su desconcierto, al ver como una prenda del de ojos color avellana, se encontraba oculta entre sus cosas, más específicamente dentro de su mochila, ¿Qué demonios había significado aquello? Y para colmo aún conservaba su olor intacto.

Amber, debía tratarse de ella, siempre era ella, sin embargo no dejó tal prenda y se la llevó con él ¿Por qué?  No quiso preguntarse el motivo.

Presa perfecta |Tyrus| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora