✦Te necesito mas que al aire que respiro, te necesito más que a nada✦
✦No puedo ser tu amante con una correa, cada dos semanas, cuando tú quieras✦
✦No puedo estar lastimado cada vez que lo desees✦
⸙Jay - Top.
⸙Sunghoon - Bottom.
⸙Historia inspirada...
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El dolor seguía ahí, viendo como Jay actuaba de lo mas luego de su ruptura temporal, sabia que era un tonto al volverle a creer.
¿Qué le aseguraba que no lo volvería a hacer?, de todas formas, ya lo hizo antes, no le costaría repetirlo.
Sunghoon estaba seguro que tampoco le costaría volver a perdonarlo y decirle que lo amaba, volver a caer en sus mentiras y ceder su corazón a ser lastimado nuevamente.
Aun lloraba cada noche en su solitaria habitación mientras pensaba en como Jay estuvo en los brazos de alguien más.
Los recuerdos de aquella noche de verano aparecieron en su mente como un gran valde de agua fría.
Aun recuerda con exactitud todo y aquella promesa de amor eterno que simbolizaba aquel colgante en su cuello.
Se aferra mentalmente a ello, a que aquella promesa no termine jamás y el sea feliz por el resto de su vida.
Aun así, Sunghoon sabe que eso no ocurrirá, que el amor acabará en algún momento y le dolerá.
Se parecía bastante a una película que vio la noche cuando Jay lo dejo, aquella noche comió helado como si su vida dependiera de ello y se aferro emocionalmente a un mal drama romántico adolescente.
Realmente era un tonto enamorado, lo sabía.
Su corazón abollado y magullado debía ser cuidado o en cualquier momento volvería a romperse.
Que ingenuo fue a que ese cuidador sería el pelinegro a quien llamaba novio.
No podía creer que fuera tan descarado.
Sus lágrimas caían por sus mejillas como cataratas mientras veía como su mayor besaba apasionadamente a aquella chica que jamás había visto.
¿Era eso una broma de mal gusto?
Quiere creer que el sonido de su corazón romperse fue el que hizo que el mas alto reaccionara a la situación.
Solo pudo correr hacia su hogar sin prestar atención a su alrededor.
Realmente era un tonto, un estúpido enamorado que se sentía ahogado sin Jay a su lado.
Lo necesitaba demasiado, incluso tanto como el aire que respiraba y aunque no quisiera que eso fuera así, era la realidad.
Una que lo golpeaba en la cara demasiadas veces para su gusto.
Escucho como el mayor toco su puerta muchas veces.
Escucho como le pedía perdón a través de la puerta que no se atrevía a abrir.
Esa tarde lloro abrazando su almohada, solo era un juguete.
Algo que usaban un momento y luego lo desechaban como basura.
Al menos así se sentía.
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