Deseo Lujurioso [l.s]

ᬉ04: El peligroso verde

Louis se removió entre sus sabanas mientras sentía la piel suave de la omega a su lado, estiró su cabeza y dejó un beso en su cabello revuelto antes de ponerse de pie y caminar al baño, para muy su desdicha, hoy tenía que ir a trabajar.

Louis era arquitecto, trabajaba como uno en la constructora de la familia Styles, sinceramente le pagaban bien pero además de eso, tenía cariño por esa familia y ellos siempre le habían tratado bien, así que era un buen ambiente laboral.

Conoció a Gemma en la empresa, al ella ser hija de los dueños, cuando ella era universitaria iba a la empresa luego de terminar sus clases, una vez se graduó, entró a trabajar con su familia en el área de recursos humanos y salud ocupacional, así entablaron una linda amistad, al fin de cuentas, ella sería quien heredaria la constructora.

Louis siempre supo de la existencia de Harry, los padres Styles raramente hablaban de él, sólo decían que estaba en Francia pero al contrario de ellos, Gemma era quien le platicaba de él o a veces oía que estaban en llamada, ella era la única miembro de la familia que estaba en constante comunicación con el delta.

Louis amaba los Styles pero no se cegaba, sabía que la familia había rechazado a Harry, Gemma dijo que lo exiliaron cuando supieron que era un delta, que lo mandaron a otro país para que no causara revuelos, por ello, Louis llegó a creer que Harry era detestable, que probablemente era un hombre físicamente horrible, que apestaba con su aroma y que daba miedo.

Se llevó una grande sorpresa en la boda, porque Harry no era ninguna de todas, era físicamente guapo, su aroma era extraño pero no le causaba asco, mas bien era intrigante y no daba miedo para nada, era coqueto y atrevido, Louis pudo darse cuenta de ello.

Puede entender el porqué todos los omegas quieren lanzarse a los brazos de Harry y extender sus cuellos a él, era objetivamente atractivo.

Sin embargo, era extraño como él le miraba, como si Louis no fuera un alfa y eso no le gustaba, porque él no era la presa, él era el cazador, ¿Cómo es posible que con una sola noche lo haya puesto incómodo? Louis ni siquiera podía recordar cuando había sido la última vez que se sintió incómodo.

Era un alivio saber que no iba a tener que verle más porque se estaba comportando patético y un alfa no actuaba de esa manera.

Sacudió su traje cuando terminó de ponérselo y caminó de nuevo a la cama. La chica comenzaba a despertar cuando se sentó a su lado.

—Buenos días— le saludó él dejando un beso en sus labios.

Rose-Anne sonrió —Buenos días, cariño.

—Debo irme a trabajar, ¿nos vemos en la noche?

Ella asintió.

—Bien, hasta luego— dijo dejando otro beso en sus labios.

La chica sonrió y con su mano se despidió de Louis.

El alfa tomó las llaves de su auto y partió de su hogar.

La oficina era un caos cuando entró, las personas caminaban de un lado a otro con teléfonos en sus manos y estrés en el aire.

Y apenas era lunes.

Al ver el alboroto, Louis tomó del brazo a un chico quien caminaba preocupado.

—¿Qué sucede?

El chico omega tembló —Hay problemas con la obra de la urbanización, al parecer, se cayó un material de unas casas o unos edificios, no lo sé bien y los clientes no dejan de llamar, el problema es que la señorita Gemma no está y no sabemos qué hacer.

Louis suspiró estresado también, luego, su secretaria apareció a su lado.

—Señor Louis, la señora Anne está junto a la junta esperándole en la sala de reuniones.