Capitulo I

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Mustafá regresó al Palacio luego de 4 años lejos de casa, todos esperaban ver al jóven sultán convertido en un hombre y así fue.
Sümbül Aga, corrió hacia las mujeres del harén y con voz fuerte anunció
-¡Atención! Su majestad el príncipe Mustafá ha llegado
Mustafá, caminando con prosa y gargo hechizó a las mujeres presentes, pero, entre ellas no estaba la mujer a la que deseaba con locura, Hurrem. Impaciente entró a los aposentos de la madre sultana y vaya sorpresa ahí estaba Hurrem, bella como siempre, con su cabello rojizo anaranjado y sus bellos y expresivos ojos verdes cuál dos esmeraldas.
Mustafá atónito por la belleza de Hurrem saludó a las Sultanas presentes al llegar a su amada su nerviosismo fue evidente ante la mirada de todos, al tomar su mano la beso y miró a Hurrem haciéndola intimidar, en los aposentos se sentía la tensión entre los dos.
Mahidevran ante tal escena separó a su hijo de la serpiente rusa y lo llevó ante su padre, la Sultana Hurrem se encontraba en un trance y pensó:
- Ahora es todo un hombre, apuesto y buen mozo, el deseo que despierta en mi es descomunal pero es una locura.
-¡Hurrem! Exclamó la madre sultana
-¿Te tiene así la visita de Mustafá?
Hurrem solo se levantó y se marchó a sus aposentos con la mirada de Mustafá en mente.
Su esposo el Sultán Suleiman fue a verla acompañado de Mustafá, Suleiman tomó la mano de Hurrem acercándola hacia su cuerpo, la rodeó con sus brazos por la cintura besándola apasionadamente, los ojos de Mustafá estaban llenos de ira, su cuerpo emanaba el deseo de asesinar a su padre y poseer a Hurrem, se contuvo y exclamó:
-Que Allah los bendiga siempre
Ibrahim Pasha llamó al sultán de sultanes dejando a Hurrem sola con el príncipe a lo que él preguntó por sus hermanos y hermana y Hurrem respondió:
-Pronto volverán su alteza, Allah mediante estarán en 5 días aquí.
-Sultana... expresó Mustafá
-Dime... exclamó Hurrem
-Sus ojos mi Sultana, son preciosos cuál diamantes, verdes como esmeraldas como quisiera que fueran a mi a quien vean siempre...
Hurrem se sonrojó, quedó confundida ante las palabras del príncipe, él aprovechó el estado de Hurrem y la apegó a su cuerpo, la tensión, la pasión y la lujuria destilaban de sus cuerpos, se tomaron con fuerza besándose, Mustafá estaba excitado, de tener los pechos de Hurrem tan cerca que no dudó en tocarla y besar su cuello, entre jadeos dijo:
- Mustafa, basta, aquí no
Al escucha eso el joven príncipe la llevó a sus aposentos la acorraló contra la pared y la beso mientras desabrochaba su vestido, el cuerpo de Hurrem quedó expuesto, Mustafá atónito ante tanta belleza se quitó su ropa y tiró a Hurrem a su cama, con su boca recorrió cada centímetro de su piel, tocó sus senos y los lamió, estaba tan húmeda y excitada que pidió y suplicó a Mustafá que la penetrara, encantado entró en Hurrem, gemía tan fuerte que tuvo que tapar su boca para que nadie los escuchara, lo hicieron en todas las posiciones que existían, Hurrem era una diosa cabalgando a Mustafá, ambos llegaron al climax dónde se vinieron, Hurrem había empapado con sus líquidos al príncipe y el príncipe dejó su descendencia dentro de ella. Se acostaron juntos, desnudos y Hurrem exclamó:
- Mustafá regresaste convertido en un hombre que despertó en mi tanta pasión que solo deseo ser tu mujer, ¡Oh! Nunca había tenido algo tan salvaje como esto
Si quiere lo repetimos mi sultana -exclamó el príncipe tomando a Hurrem en cuatro y penetrandola fuerte, agarrando su bella cabellera anarajanda cuál puesta de sol, Hurrem gemía su nombre y pedía más y Mustafá tan jóven y vital le dió todo hasta que hizo venir a Hurrem 4 veces terminando agotada.
No contaban las horas, era de noche y el Sultán Suleiman buscaba a su esposa, sin imaginarse que estaba en la cama con su hijo.

Mustafá y Hurrem, un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora