Capítulo 7

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Preso de sus sentimientos reprimidos, Mustafá no pudo evitar llorar, su amada le pertenecía a otro hombre, su madre sería ejecutada, el peso de ser el príncipe lo consumía día con día, su obsesión por el trono incrementa día con día, no solo por Hurrem, ahora con más razón desea asesinar a su padre... sentía tranquilidad al pensar en el rostro tan bello de la Sultana, estaba enamorado de sus ojos, de sus labios y de sus manos...se llenó de valor, tomó su daga, la ocultó y se dirigió en dirección a los aposentos del Sultán...¿Será que ahora Mustafá matará a su padre?...Al entrar, desde la puerta lo ve, sentado en su escritorio, escribiendo, lento fue acercándose a su majestad...
- ¿Qué hace majestad? Acaso es una carta para la Sultana...
-El sultán Suleimán lo mira con ojos de indiferencia...y le dice:
- Mehmed me contó que defendiste a mi mujer ante su madre... ¿Qué pretendes?
La tensión estaba en toda la habitación...
-Contesta Mustafá, no agotes mi paciencia...se acercó a Mustafá...ambos deseaban a la misma mujer... Mustafá no dudó en sacar su daga y apuntar la vientre de su padre...
Un frío terrible azotó al Sultán...su propio hijo sería su verdugo...Adelante Mustafá, ¿Qué esperas? ¿No tienes el valor de enfrentarte ante mi? Yo soy el Sultán Suleiman, el Sultán de los siete mares soy el enviado de Allah atrévete gritó su majestad...
-Padre, como siempre alardeando su posición...¿Quiere saber algo? Yo el príncipe Mustafá, futuro Sultán ama a su esposa...y cuando acabe con usted ella será mía...
-¿Acaso has perdido la razón? Hurrem nunca va a ser tuya, en un momento el sultán Suleimán logró escapar de las manos de Mustafá y tomó su espada dispuesto a degollar a su propio hijo
-Ha llegado tu final Mustafá, traidor, morirás.
Ambos se enfrentaron en un duelo a muerte, por una parte, Suleimán, un sultán experimentado y estaba también su hijo dominado por su locura, buen peleador pero no como su padre...
Hurrem entra en ese momento, soltó un grito interfiriendo entre ellos Mustafá acierta el ataque, mirando a los ojos de su amada, quién había sido lastimada...cayendo ante sus ojos y los de su padre, Mustafá había herido a la mujer que amaba, solo escapó...como un cobarde preso de la culpa, imaginó que estaba muerta, había enloquecido y ya no tenía cabeza... salió del palacio con la imagen de Hurrem ensangrentada...
-¡Hurrem! Mi sultana noooooo -gritó el Sultán
Mehmed entró y vio a su madre tendida en el suelo en los brazos de su padre, sin palabras, asustado, en un estado de shock cae rendido ante aquella escena...
-Pa...pa...padre di...di...dime ¿Qué pasó aquí? ¿Quién fue el insolente que hizo esto? Padre respóndeme.
- El sultán estaba a punto de perder su alma...pero...un milagro hizo que Hurrem despertara...estaba a punto de morir pero se aferraba a la vida con todas sus fuerzas, la cargaron y llevaron dónde la doctora...
- ¡Por Allah! Sultana -exclamó la doctora...
- Doctora tiene que salvar a la Sultana Hurrem exclamó rápidamente Suleimán, mientras tanto Mehmed seguía insistiendo en saber quién fue el canalla que lastimó a su madre...el sultán sabía que esto ocasionaría una guerra, pero, Mustafá ya no era su hijo, por lo que le dijo a Mehmed que fue él y que Hurrem había lo había salvado al interponerse...
La mirada de Mehmed se tornó llena de odio, fue a los aposentos de Mihrimah donde estaban todos les contó lo sucedido, fueron con su madre y en el pasillo encontraron a su hermano, Mustafá nunca salió, pero estaba loco, se consumió en su locura, la pasión por Hurrem seguía intacta sin embargo, su mente estaba llena de culpa por la supuesta muerte de su amada, pero no sabía que estaba viva...

Mustafá y Hurrem, un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora