𝐌𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐦𝐞

Capítulo 1: Galletas de Chocolate

. 10 años .

Mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Heeseung, Sunwoo y Lia venían a jugar a casa. Si mi mamá se enteraba era niño muerto.

Nos dijo que se iría cuando llegara la nueva niñera. La anterior fue una anciana de cabello grises que no hacía mas que apretarme las mejillas cuando rompía cosas o desobedecía ordenes. Acostumbraba a portarme mal y ser muy entrometido, la niñera no soportaba mi manera de ser.

Como ella vivía aquí, en una habitación al lado de las nuestras por si se nos antojaba algo por las noches, era insoportable. Controlaba cada minuto de nuestras vidas, hasta que un día murió. 

Papá nos dijo que ella se fue a hacer un viaje para visitar a unas hadas que vivían en Escocia, Karina se lo creyó y le escribió una carta que mamá prometió enviársela. Jungkook y yo sabíamos la verdad, la mujer ya había pasado a la otra vida y por lo que escuché hablar a las cocineras, fue por un ataque cardíaco. Como era demasiado pequeño para medir la gravedad de una muerte, solo me alegre por no tener que soportarla más. Era más parecida a una bruja que a una amiga de las hadas.

Comenzó a caer una suave lluvia que hacía que un dulzón olor a tierra y flores se mezclara y entrara por las ventanas. Las sirvientas las cerraron para que no se mojaran los marcos y porque mamá se volvió loca al pensar en la humedad y lo esponjoso que se pondría su cabello.  

Cuando ella subió corriendo a las escaleras para darse un retoque de último minuto, sonó el timbre retumbando por toda la casa. Jimin, el "Mayordomo", se apresuro con su paso de pingüino a abrir la puerta. Un viento se colo hacia dentro e hizo que estornudara, nos habían vestido para la ocasión con unos espantosos trajes de color lila a todos iguales, nos formamos en fila por orden de estatura y nos quedamos quietos cuando la nueva niñera entró. 

Era joven, me relaje en cuanto le vi el rostro. A su lado iba una niña de cabello negro y parecía ser mas grande que Jungkook, era alta y vestía unos jeans con una chaqueta verde mojada por la lluvia. Supuse que seria su hija, no me gusto la idea que vinieran otros niños a vivir en mi casa.

—¿Aquí es?— pregunto la chica, masticando un chicle. La niñera asintió y nos sonrió con amabilidad.

Karina no se resistió y se apresuro a abrazarla, era una niña bastante encantadora que se encariñaba rápido con las personas. La niñera la levanto y la abrazo como si fuera su propia hija, tal vez no era tan mala, como la anciana.

—Tú debes ser Karina, me han contado mucho sobre ti— le dijo ella. Karina abrió muchos los ojos sin caber en la felicidad, se llevarían muy bien.

—¿Quien es ese niño?— preguntó de repente mi hermano. Apunto detrás de la niñera y la impaciencia hizo que se revolviera entre los brazos de ella. La niñera la dejo en el suelo y se movió unos centímetros para dejar al descubierto a un niño de mediana estatura con cabello un poco rizado y color negro, con mejillas rojas y los ojos hinchados. Se notaba que había estado llorando, se notaba a kilómetros.

—Es mi hijo, Sunghoon. Él espera ser tu amigo— le respondió ella. Karina se acerco al niño y lo abrazo, pero él la empujo e hizo que callera al suelo. 

—Sunghoon, no hagas eso— le regaño su madre

Jungkook ni siquiera se movió, nos estaban educando para ser señoritos y guardar compostura en todo momento. Yo sabia desde hace tiempo que no lograrían conmigo, así que camine al lado de Karina y la levante, después la obligue a ir al lado de Jungkook y yo solo, con mis 11 años bien ganados fue y encaré al tal Sunghoon.