La habitación comenzó a descender casi de inmediato, tuve que sostenerme de una silla para no perder el equilibrio. Las puertas se abrieron y del otro lado solo un motón de gente reunida para tomar el examen más loco del mundo, el examen del cazador.
Salí del ascensor sin mucha prisa y sondee lentamente los rostros que me miraban sin gentileza alguna. Un pequeño hombrecillo verde se acercó a mí y me entregó un pin con el número 100.
— Bienvenida, por favor no pierda la etiqueta y mucha suerte.
— Gracias —dije acomodando el pin un poco más arriba de mi pecho.
Hice una pequeña reverencia a manera de despedida y fui e busca de una pared en la cual acomodarme mientras el examen empezaba. Pasaron 5 participantes más cuando comencé a aburrirme, así que decidí tantear mis opciones: retirarme ahora o continuar.
Lo cierto era que nunca había tomado el examen antes y no creí que llegaría a la primera etapa, pero aquí estamos. Después de meditarlo por unos segundos decidí que tomaría este examen sin importar el riesgo, quiero saber que tan lejos puedo llegar con mis habilidades.
Un hombre de baja estatura y ropa azul se acercó a mí de repente. — ¡Hola! eres nueva por aquí, ¿no es cierto?
Asentí, asustada. <<¿Tan novata me veo?>>
— Ah, no te asustes es solo que ya he tomado este examen tantas veces, que me es fácil identificar una cara nueva. Soy Tompa —extendió su mano.
— ¿Que tantas? —inquirí, curiosa, devolviéndole el apretón—. Yehlena.
— 36 — comentó avergonzado.
— Oh.
No pude ocultar la sorpresa en mi rostro y él se percató de ello. — Ah, pero dejando eso de lado, ¿tienes sed? Traigo unos refrescos en mi bolsa.— No, estoy bien, gracias.
— Puedes tomar uno y beberlo luego si quieres —dijo, poniendo una lata de refresco a mi lado.
— Gracias, pero no me gusta recibir regalos de desconocidos —respondí amablemente, devolviéndole el refresco.
Sus labios se movieron de nuevo pero no lo dejé hablar. —Dije que no, gracias.
Algunas personas a nuestro alrededor dirigieron la mirada hacia nosotros, él pareció incómodo al respecto y finalmente, dejó de insistir. <<Nota mental: Participante #16: Tompa. No sabe aceptar un no por respuesta>>. El susodicho sonrió antes de irse y las miradas incómodas también. A excepción de una.
— ¿Un niño? — murmuré confundida al ver un peliblanco.
Lo miré fijamente por unos segundos y cuando pareció perder el interés se fijó en otra cosa. <<¿Pueden participar niños tan pequeños? Si ya está aquí, supongo que sí>>.
Saqué mi teléfono, me puse los audífonos y coloqué unas lista de reproducción en aleatorio.
"Darling, darling
doesn't have a problemlying to herself'cause her liquor's top shelf"<<Escuchar voces melodiosas es mi pasión>> sonreí para mí misma. Los participantes fueron llegando y con ellos un ambiente pesado que no quería sobre mis hombros. Una maraca, un payaso, un albino, un artista marcial, un encantador de serpientes, una chica, un ninja, un mono y su mascota, un hombre con un... ¿aguijón gigante? <<la gente aquí es... muy... particular>>. Decidí buscar una canción en particular en mi lista de reproducción tras encontrar tales personalidades entre la multitud.
"All my friends are heathens.
Take it slow
wait for them to ask you
who you knowPlease, don't make
any sudden moves.You don't know
the half of the abuse"<<¿Cuánto tiempo ha pasado desde que vi a tantas personas reunidas en un solo lugar? Creo que la última vez fue en el transporte público>>
Me sentí mareada por un segundo, no entendía esa necesidad masoquista de encerrarme entre tantos rostros desconocidos solo para ir a encerrarme con otras caras igual de escalofriantes.
<<Definitivamente, no volveré a la escuela>>
"I'm fucked up,
I'm black and blue
I'm built for it,
all the abuseI got secrets,
that nobody,
nobody knows"Finalmente, parecía acercarse la llegada del último participante. Cuando las puertas del ascensor se abrieron de par en par, admito, me sentí sorprendida de ver otro trío. Solo que a diferencia del primero, estos no parecían ser familia.
<<Una rana, un nativo y un hombre con traje, qué extraña mezcla>>
Tompa se acerco al trío y les dio la bienvenida, no hace falta decir que ya sabía que sus refrescos no eran exactamente un gesto de gentileza, sino un ticket gratis a un infierno de mierda. Literalmente. <<Qué bueno que dije que no>> suspiré para mís adentros, recordando el rostro de su última víctima.
"She cries 'Te amo'
I told her I'm not gonna run away,
but let me go
My soul is crying,
without asking whyI said 'Te amo'
somebody tell me what she said
Don't mean 'I love you'
Thinking it means 'I love you'
Don't it means 'I love you'"Detuve la música y guardé el celular en mi mochila. El fondo de la habitación empezó a lenvantarse lentamente, haciendo temblar las paredes y el piso. En la distancia un hombre con traje morado y bigote de pastas Doria, dejó sonar una ruidosa alarma en forma de sapo.
— Me disculpo por la espera. El período de recepción para aspirantes a cazador ha terminado. ¡El examen del cazador comenzará ahora! —anunció, en voz alta — Una advertencia final, si tienen poca suerte o habilidad, prodrían terminar gravemente heridos... o incluso muertos. Los que entiendan y acepten los riesgos, por favor, síganme. Los que no, por favor, retírense por el ascensor detrás de ustedes.
El silencio reinó sobre la sala pero ninguno retrocedió.
— Muy bien, 404 aspirantes participarán en la primera etapa.
Tras decir estas palabras, el hombre de traje morado empezó marchar a paso largo a través del túnel. <<Así que morir, ¿eh? Interesante>>.