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Recuerdo que entré en el hospital con tu mano en la mía mientras mis amigos iluminaban con sus linternas el oscuro vestíbulo. Observamos el entorno mientras miramos a nuestro alrededor. Había sillas y armarios mal colocados por todas partes con papeles esparcidos por el suelo.
Dijiste que te sentías inquieto, pero apreté más nuestras manos, diciéndote que no te preocuparas. Aunque debería haberme preocupado, porque tal vez si lo hubiera hecho, todavía estarías aquí conmigo.
Fui un egoísta, ahora lo sé.
Draken ató una cuerda larga en la manija de la puerta principal y ató el otro extremo a su mochila. Dijo que esto los llevaría de vuelta a la salida si algo malo sucedía.
Por supuesto, algo malo sucedió
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