Abriendo mi puerta

El olvido crece

El olvido crece.

Todavía me acuerdo de vos, de tus ojos brillantes, grandes, bonitos. De tu risa característica, la cual podría hacer a cualquiera feliz. Eras tan mágica, tu inocencia de niña me mantenía cautiva, eras adorable.

¿Qué pasó con esa amable infante? Porque ahora solo veo una joven de espaldas, arrodillada ante la idea de no existir. Veo a alguien sin esperanza, a una chica que se destruyó a si misma.

Tan hermosa, pero tan sucia. Tu piel me muestra lo que tu boca no puede decir, y entiendo todo. Las huellas revelan la causa de tu estado, pero, mi pequeña flor marchita ¿por qué te harías algo así?

Sé que mantener la distancia es prudente ahora, por eso me limito a observarte, sin que notes mi presencia. Estás perdiendo la cabeza, tu respiración se agita, tus manos están sujetando tu cuello como si fuera a caerse.

Nunca pensé en la fuerza que podrías tener, hasta que te veo cayendo. Tus pensamientos te asfixiaron tanto que no lo soportaste. Y yo lo entiendo, por eso busco la forma adecuada de no dejarte ir.