El enojo perturba

1 0 0
                                    

El enojo perturba.

Veo tus expresiones, tan duras que me parecía que no volverían a moverse. Tu ceño fruncido, tus ojos rojos, tus labios secos. ¿Qué te hice?

No quiero hablarte, me aterra la idea de hacerlo. Me aterra el saber que no voy a poder calmarte si hablo. ¿Tengo que irme?

Empezas a caminar, tus pasos son tan estruendosos que cualquiera podría notar tu furia. Pero estamos solas. Para mi mala suerte, estamos solas. Sin estar completamente cerca de mi, parás.

Y no pudiste ser más insensible conmigo.

Sabes que no soporto las discusiones, entonces me gritas. Me gritas tanto que lloro, porque no podríamos actuar de una forma distinta en nuestras peleas.

Tu voz invade mi serenidad, y caigo de rodillas. No paras, nunca paras. Le ruego a Dios que me mate, que me libre de mi vida. Pero no funciona, otra vez no funciona, lo único que cambia es que ya no estás conmigo, te desvaneciste en algún momento y no me supe percatar.

Es horrible sentirme peor ahora que ya no estás, porque yo sé que está mal, pero peor era estar sola conmigo. Y ahora no sé qué hacer. Tu enojo me perturba, mi enojo (conmigo) me perturba. Y creo que las dos sabemos cuál es el peor de llevar.

Abriendo mi puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora