PRÓLOGO

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PARTE 1

P.O.V. CLOVE

Estoy a siete metros de las dianas, sostengo tres cuchillos: dos en derecha y uno en izquierda. Suspiro un segundo, y los lanzo uno tras otro. Todos en mi objetivo.

Cabezas de plástico se estrellan contra el piso; espadas suenan por doquiera cuando el expectante filo toca el plástico de los maniquís.

Desde hace un año que me he integrado a esta academia, y cuyos sonidos, amenzan cada tarde en situarse por mis oídos.

Camino hacia la plataforma de los cuchillos para coger más. Una vez ya en mi lugar, estoy preparada para empezar mi hazaña.

-Eres buena lanzando cuchillos. -dijo una voz masculina detrás de mí que hizo que me sobresaltara.

Me di vuelta y me cruce de brazos. No estaba dispuesta a hablar. Me dedique a observar contra que estaba dispuesta a gastar mi tiempo: rubio, ojos azules. Me lleva una cabeza de altura.

-Para tener siete a...

-Ocho. Tengo ocho años. -le corregí.

El rubio frunció el ceño e imito mi pose, para después, dibujar en su rostro una pequeña sonrisa.

-Claro, ocho años. Para tener ocho años eres muy buena con cuchillos. -dijo burlón.

Es cierto. No soy la mejor con los cuchillos, pero si tengo una buena reputación con ellos.

-Tu... -dude un segundo. -¿ que eres bueno?

-Con todo. Excepto con cosas que tengan que ver con lanzar flechas y cuchillos. En eso soy una pérdida de tiempo...; si utilizo el cuchillo, y es una de mis armas favoritas, pero... nunca pude atinarle al centro a un estúpido muñeco. Lo único que me complace con ello, es apuñalar. -dijo consiente de sí mismo.

Sonreí un poco ante su arrebato.

-Me llamo Cato.

-Clove.

PARTE 2
Tres años después...

P.O.V. CATO

Suena el timbre. Eso significa que nos podemos retirar a nuestros hogares. Camino con paso decidido a salir del colegio, pero cuando estoy a punto de salir por la puerta y sentir las piedras por mis suelas [...] unas risas me distraen. Son risas de ironía, ya que llegan a carcajadas. Me regreso sigilosamente para averiguar cuál tonto es culpable de tanto alboroto, y que culpable, es Clove... le han jugado una broma de muy mal gusto. Tiene las mejillas manchadas de lágrimas escurridas; parpados mojados, y a punto de que se desborden más gotitas de agua salada por sus pequeñas pecas, sin olvidar, que tiene la mirada perdida.

Una vez que llego, no argumentó palabra, solo mantengo mi mirada posada en ella. La ayudaría, pero debe aprender a defenderse sola.

Está de rodillas, sus libros regados están por doquiera, mirada clavada en el suelo y con mochila en hombro. Después de unos segundos... levanta la mirada para cruzarse con la mía. La observo pero tan solo no cruzo palabra ni hago ademan de ayuda.

Llega Reed, un chaval que es de mi edad, nadie lo soporta ya que es un pesado. Noto como le guiña el ojo a Clove de una manera amenazante. Podría apostar que Reed es el causante de todo esto. ¿Pero a Clove? ¿Por qué le haría algo a Clove?... Clove es temida, no se atreverían a hacerle riña.

Fijo mi mirada de nuevo en ella. Se reincorpora del suelo y recoge sus libros, para después, irse. Se va, se va sin aclarar nada, dejándome con una sensación horrible.

KILL OR BE KILLEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora