Caminamos hacia la plaza con paso lento y tranquilo. Mis hermanos, como mi madre, esbozan sonrisas bien delineadas y perfectas. Mi padre solo se limita a caminar con manos en sus bolsillos.
Hoy es día de cosecha. Lo cual significa que me ofreceré voluntaria porque ya me han elegido. Por fin mi sueño se cumplirá, pero claro... mi compañero de distrito es cierto rubio, que, pensándolo bien, fue mi único amigo y ahora será la única persona que deberé matar cuanto antes.
Llegamos a la plaza, y mis hermanos y yo nos formamos en nuestras respectivas filas. En el bloque de chicos: Dunn, en filas de dieciocho; Colt en las de diecisiete. En el bloque de chicas: Ross en las de catorce; y yo, en las de quince, mientras mis padres se forman en fila alrededor del perímetro.
Los gritos y los silbidos rebotan en las paredes como golpes secos y vibrantes.
-... entonces Cole me dijo que me veía horrible con eso y yo...
-... voy a ir con mi hermana y su marido. A él le gusta lo frio y a ella también así que...
-... un baño a la vuelta de la cosecha y...
-... demasiado tacaño para gastase un maldito centavo, de modo que Allen y yo...
-... pues a mí eso me dijeron. Es estúpidamente valiente, seguro y gana...
El alcalde Hangersen, una de las personas más ricas del distrito, de figura regordeta y pecho plano, sube al podio, estira el cuello, da una mirada rápida en derredor y golpea las manos vigorosamente.
- ¿Qué están esperando, chicos? ¿El juicio0 final?
Sus pantalones eran de un color negro como la mismísima pupila, y sus piernas, quizá demasiadas derechas, se destacaban por su discreta musculatura.
Todos sofocamos una risita y levantamos los ojos, las miradas lentas, ya aturdidas por el calor.
El alcalde Hangersen empieza leer, en pocas palabras, habla sobre el Tratado de la Traición que nos dio unas nuevas leyes para garantizar la paz y, como recordatorio anual de que los Días Oscuros no deben volver a repetirse, nos dio también los Juegos del Hambre.
Los benditos Juegos del Hambre, lo mejor que se le pudo haber ocurrido a Panem. ¿Quién no quiere ir a los Juegos de Hambre y regresar con honor a tu distrito? Claro, todos los distritos, exceptuando el 1; el 4; y este, el 2.
Después el alcalde lee la lista de nuestros vencedores que han sido... y solo... siguen vivos. El alcalde presenta a la enigmática Sue Snell, nuestra escolta.
Sue Snell habla sobre el gran honor que tiene al escoltar al Distrito 2. Según recuerdo, mis padres me han dicho que desde que la cedieron a este distrito, no ha tenido problema en cambiarse, vaya, el orgullo es grande.
Mientras Sue recita su presentación con su irritadora voz chillona, siento como unos ojos azules me traspasan con la mirada. Esbozo una sonrisa mientras sacudo la cabeza. ¿Cato cree que me echare para atrás?, que equivocado esta.
Ha llegado el momento que más he esperado de esta mañana: el sorteo.
Sue Snell camina a trote hacia la urna de las chicas. Sumerge la mano hasta tocar fondo, y saca una papeleta.
Todo esto es una pérdida de tiempo, porque no mejor dicen: "¡He aquí! ¿Quién gusta ir a los Juegos del Hambre?" Seguro que nos ahorraríamos el tiempo del sorteo.
- ¡Harper Grimmie! -Sue, me saca de mis pensamientos.
Una chica de tez oliva; trece años de edad, avanza hacia al podio.
- ¿Alguna voluntaria? -pregunta Sue cuando la chica sube al podio.
Me giro para ver a Cato, y sus ojos azules chocan con los míos, le sonrió con malicia, y grito entre las chicas:
- ¡Me ofrezco voluntaria! -puedo sentir la risa burlona de Cato a mis espaldas.
-Haz demorado, querida.
Esta mujer no tiene ni la menor idea de cuánto me repugna, y lo único que provoca, es que me den ganas de lanzarle un cuchillo en la córnea. Con ese acento chillón; sus atuendos escalofriantes y su personalidad tan... empalagosa; Siempre tan alegre y vivaracha.
Subo los escalones armada de valor.
-Como todos los años... otra voluntaria. -Si, como todos los años, debo usar un miserable vestido; como todos los años, debo apretar los dientes, y aguantar la irritable voz chillona de esta mujer; como todos loa años, eligen a una chica y a un chico para ofrecerse voluntarios y que se diviertan luchando a muerte en una arena al aire libre; pero este año, yo soy la elegida para ofrecerme voluntaria, y para divertirme luchando a muerte con Cato. Si, Sue, como todos los años.
- ¿Cuál es tu nombre, querida?
-Clove Kentwell. -respondo cortante.
- ¡Hay que darle un fuerte aplauso a nuestra joven tributo!
El Distrito 2, aplaude, creando ecos retumbantes con las palmas. A lo lejos, distingo las sonrisas de muchas personas, pero hay dos garantizadas. Mi padre y mi madre, sonríen con orgullo, aplaudiendo con ojos brillantes y embriagados de orgullo.
Ahora es el turno de elegir al Tributo Masculino, ósea, ha llegado el momento de Cato.
Sue Snell camina contoneando las caderas haciendo resaltar las plumas de su vestido rojo sangre. Mete la mano en la urna de los chicos, haciéndola chocar entre miles de papeles.
Mi mirada se mantiene en Cato y su abrumadora seriedad, sus labios se convierten en una fina línea y sus ojos azules se vuelven hielo hasta esperar su momento.
- ¡Ed Shyres! -Sue, grita en los altavoces enfocando su típica sonrisa.
El chico sale de entre las filas de doce años, al parecer es su primera cosecha, y se le ve contento cuando su nombre es expulsado por los labios de Sue Snell. Por desgracia, su sonrisa se apaga cuando típico chico sale de las primeras filas y grita:
- ¡Me presento voluntario!
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¡Hola!... no tenia planeado poner notas al termino de cada capítulo, pero, quiero aclarar que, ¡Pido mil disculpas por lo del capitulo anterior! (por los errores) esque le pedi a mi prima que lo publicara y escribiera el capitulo. Al día siguiente, me di cuenta de lo mal que lo habia escrito. ¡Pero prometo que no volvera a suceder!
-Yomii
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KILL OR BE KILLED
Fanfiction–Tengo una hora buscándote... Te llame. Creía que habías tenido un problema –y termino con un fexorín–; Piensa que si me preocupo por ti, si te busco, si te llamo, es porque te quiero. "No voy a anticipar el dolor y el miedo empezando a sufrir desde...