KILL OR BE KILLED

Capítulo 4

Antes de que empiezen a leer, debo decir que desafortunadamente me diagnosticaron Leusemia, y gracias a ello no he podido actualizar. ¡Más de un mes sin actualizar! En fin... el caso es que me adelantare, osea, me saltare el desfile, los días de entrenamiento y esas cosas, me llevare la historia más rapido. Pero prometo que una vez acabada, y las cosas esten mejor con la leusemia, editare desde el comienzo, de mis errores, hasta mis faltas.

-Yomii
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Me puse el vestido. En el armario encontre un sujetador especialmente para él; levantaba mis pechos en la forma adecuada (aunque no lo necesitaban realmente), pero dejaba descubiertas las mitades superiores. Llevarlo me producia una sensación extraña.

Los días de entrenamiento dejaron de ser azaña; Cato peleo con el chico del Distrito 6 por su cuchillo, ambos obtuvimos un 10 en la prueba final. La chica de fuego se gano un 11; algo que hizo que me jurara a mi misma arrancarle las entrañas. Y ahora era el día de las entrevistas. El ultimo paso para llegar a la arena.

Era un vestido largo de falda amplia, pero ajustado en la cintura. Sentía contra mi piel la tela pesada y desconocida; me había acostumbrado a llevar algodón y lana.

La caída del vestido parecía adecuada –o lo sería con los zapatos– Me los puse, me ajuste el escote y me dirigi a la ventana. Sólo podía ver un irritante reflejo casi fantasmal, pero sólo escuché el golpe seco y apagado de la cerradura. Me di vuelta para enfrentarme con la mutuación del Capitolio.

–Clove –pronuncio cada silaba con su siseante voz– Lista querida, lista.
...

Vestidos de espaldas rebajadas, corpiños ajustados que mostraban una verdadera hendidura, trajes, elegantes zapatos, deslumbrantes smokins, zapatos negros que brillaban como espejo.

Glimmer se encontraba siendo entrevistada por Caesar Flickerman. Después Marvel, después yo. Sentí la mano de Cato firme sobre mi hombro.

–El vestido esta bastante logrado. –comento él.

–Si –murmure– lastima que sea una perdida de tiempo. –termine con los ojos en blanco.

La rubia ya habia dado por terminado sus tres minutos y sin embargo se veia despampanante... Pelo oro rizado, sonrisa perfecta, cuerpo invidiable. Debe haber algun buen patrocinador interesado.

Las entrevistas duran aproximadamente tres minutos, el tiempo perfecto para dar confesiones al publico y que te vean con buen ojo los patrocinadores. Eso es lo importante. Y una vez pasados los tres minutos, se escucha un zumbido que indica el turno del siguiente tributo.

Marvel hace todo lo posible brillando; se ríe con las bromas tontas y puede convertir una respuesta floja en algo incuestionable con sola una reacción.

Me pregunto que pensara mi familia. Nunca me han visto con un vestido además de las cosechas. Ese es el trabajo de Ross, mi hermana.
Pero ahora lo que debo poner en practica es lo que me enseño Dunn tres años atrás: "Reacciona como si los conocieras. Son unos bobos de todas formas"
Entonces no tengo motivos para estar nerviosa.

Pero ¿y que pensara la familia de Cato? Bueno, o lo que queda de ella. Con solo una madre y hermanito de seis años, ha podido sacarla adelante, como no entender esas ganas tan sedientas de ver correr sangre para ganar una buena recompensa.

¿Pero y yo a quien quiero engañar? Quiero ser el orgullo de mi familia. Que mis hermanos acepten que su "hermanita" logro más que ellos a sus quince años de edad. "Idiotas" Sera lo único que podre decirles.

–Marvel –gritó de repente Caesar Flickerman, y me arrastraron al escenario.
...

Sobrevivi a la entrevista.

–Bien. Sobrevivieron a la entrevista –comento Lyme.

–Más vale en la arena. Hoy es su último día. Disfrutenlo –dijo Brutus tomando un pastelito que posaba en la mesa.

–No tanto como en la arena. –dije con mi arrogancia.

En el fondo, en el fondo de su garganta, pude escuchar una risa sincera. Tan sincera que quizas llegue a hacer la última. La última risa burlona y arrogante de Cato.

Saliendo la noche, comenzaron las despedidas. Las lagrimas de Sue regadas con el rimel hacian resaltar sus cosmeticas mejillas, y eso no hizo arrepentirme de las ganas de lanzarle un cuchillo.
Después de ello, nos dejaron solos a Cato y a mi. Y como no habia palabras con las cuales chocar, nos retiramos a nuestras habitaciones.

–Clove –me sobresalto Cato con su penetrante voz antes de cruzar nuestras puertas–, mata que te mataran.

Ya nada era igual. Las bromas en las noches, las estupideces conmovidas y las carcajadas enigmaticas. Ya todo se habia acabado. Pero aun faltaba lo mejor.
Entonces gire el pomo de la puerta y dije:

–No hay por que preocuparse, Cato; Prometo darte una muerte rapida y nada dolorosa. –Trazo una sonrisa en sus labios ante mi arrebato, y se metio en su cuarto.

Entre en mi habitación, y me tire en la cama dándole la espalda a las suaves mantas.

–Te veré en el infierno, Cato.

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Hola de nuevo, como habia dicho antes, lamento la demora. Y si por si acaso ven un error ortografico, perdonenme pero tuve que escribir lo más rapido posible porque tengo consulta. Bueno, solo era eso.

–Yomii