[Short-fic] Donde Mirio cae en cuenta de la evolución de sentimientos que le produce el hermano menor de Natsuo.
» chidlhood quirkless!au.
» Credits a Kohei Horikoshi. Bnha.
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Luego de la universidad, quedó con los chicos a celebrar el cumpleaños veintiuno a Natsuo. Era el mayor de los cuatro entre Nejire, Tamaki y él, y aprovecharían que su amigo ya era oficialmente mayor de edad para ir a beber en esos bares de parrilladas coreanas.
Tamaki no estaba seguro de ir por su poca resistencia al alcohol; asistió por las reseñas hablando de lo buena que era la calidad de la carne y cedió, pero como les advirtió, la empobrecida resistencia lo derribó con los primeros shots de soju con los que acompañaron su comida.
─Creo que deberíamos volver ─sugirió Hado, acariciando la espalda del chico con la frente pegada a la mesa.
─Será lo mejor ─dijo Natsuo, escuchando los quejiditos de malestar de Tamaki y le apartó el fleco que cubría sus ojitos cerrados.
En una esquina de la mesa, Mirio aplanó su boca de disgusto, sintiendo que era culpable de haber insistido y en efecto, haber arruinado el festejo improvisado a Natsuo. Así como él se sentía, estaba seguro que a Tamaki no le gustaría que dejaran sus planes de lado y asumiría la culpa justamente como él lo estaba haciendo en ese instante.
─Podemos seguir en mi casa ─ofreció. Sacó la billetera para pagar lo consumido. Natsuo lo imitó y cada uno pagó la mitad. Nejire a su vez dejó una propina generosa a la mesera y echó al hombro el pequeño bolso de Tamaki.
─No, no ─negó ante lo que Mirio proponía, guardando el monedero─. Que el cumpleañero nos invite a la suya, ¿a que sí Natsuo-chan?
Dijo, convencida que aceptaría a la vez que se colgó en el cuello del mayor. Nat posó la mano en los brazos que lo aprisionaron y siendo víctima de un tenue sonrojo que calentó sus mejillas.
─Claro, bonita. Podemos comprar cerveza y llevar frituras del seven eleven.
─Tú y yo podríamos ir y Mirio-chan podría llevar a Tamaki-chan a tu casa.
─Es un buen plan. ¿Qué piensan ustedes?
No prestó atención a lo que decían. Se echó a Tamaki en la espalda luego de comprobar que, incluso dormido, balbuceaba pidiendo comida. Le pareció muy lindo intentando ignorar el trato que los otros dos se daban y lo que decían.
Era consciente de los sentimientos de Nat hacia su novia y no le molestaba, más bien se sentía culpable por salir con Nejire.
Aunque lo intentará comprender, nunca comprendería de dónde venía el sentimiento persistente de culpa, pero ahí estaba, incesante por muy pequeña que fuese.
En el camino, Natsuo le entregó las llaves de su hogar con toda la confianza ya que según sabía, nadie estaría en casa y tal como le dijo, no había nadie. Pensó que era la primera vez que el pequeño de los Todoroki no los recibió en la puerta del portón, siendo siempre quien les abre primero gracias a su aguda audición.
