capítulo 2

21 2 2
                                    

"Intentar encerrarme fue tu primer error"

-No estan por ninguna parte, no hay nada, es imposible. -la frustración en la voz de Jackson era notable, la situación se le fue de las manos.

-No, algo tiene que haber, dejenme sola, lo descubriré, solo denme tiempo.

-Señorita con todo respeto, no podemos dejarla sola con todo esto, usted es nueva y...

-Es mi madre y mi hermana, me crie con ellas, se como piensan, aparte de que me dedico a esto desde que tengo memoria, no me subestime por tener mas años que yo, no sabe como funciona su cerebro y yo si, asi que lo mas sensato es que usted se vaya y me deje hacer mi trabajo director.

Ya llevabamos horas mirando las grabaciones y no hallamos nada, no me preocupaba en lo absoluto, eran astutas, lo llevaban en la sangre asi que no me sorprendia, teniamos la misma sangre y la misma manera de pensar, solo que algo en mi no es lo suficientemente macabro como ellas.

No oí mas ruidos que la puerta cerrarse, asi que supuse que lo sacaron de aqui antes de que me saque de quisio.

Mire una y otra vez los videos, a camara lenta, atenta a cada movimiento y nada, no habia nada, como si nunca hubiera pasado.

-Ash. -mi enojo podria haber matado a alguien.

Ningun error, no habian metido la pata y aunque eso no me dejara tranquila, me encantaba.

Amo investigar, descrubir e indagar, cuanto más difícil se tornaba más me interesaba y más queria resolverlo todo.

La sonrisa que le puse a la pantalla era gloriosa...
Habia encontrado algo.
La hora.

10:37

Y de la nada.

10:39

Un segundo, eso les bastaba para engañar a todo el mundo, aunque los policias se fijaran en eso, un segundo era irrelevante para un escape pero yo sabia que no. Un segundo definia que habian planeado esto mucho más de lo que nos imaginabamos, con esa milesima de tiempo pudieron salirse con la suya.

Pero mediante seguia mirando más sonreía.

11:26

Y luego.

11:28

Un segundo también y otro, y otro, y otro.

Cinco segundos. Yo sabia que significaba eso, para cualquiera hubiera sido estupido pero habia sido bien entrenada para leer entre lineas, los números en mi familia significaban cosas, cada uno de ellos eran códigos y había que ser muy perspicaz para entenderlo.

"Cinco" era igual a "encuentrenme"

Por la abuela conocí ese código, cuando el abuelo la habia secuestrado y nadie sabia donde estaban, mamá lo describio luego de semanas de busqueda, siguiendo padrones de números e intentando adivinarlos.

Cuando mi madre era niña mi abuela le regalo un libro "los numeros son mensajes" era un legado familiar, ella nunca lo había usado hasta que su madre desapareció y entendió todo.

Las mujeres de nuestra familia tendían a estar con hombres violentos o maniáticos, aunque intentaban romper esa cadena no podían, asi que usaban ese lenguaje para salvarse entre si.

Mamá pudo romperlo, estando con papá, pero se volvió ella la maniática lastimosamente. Me dio el libro a mi, junto a la historia de la abuela para que lo comprendiera y eso era lo raro, ella nunca hubiera usado un código para que la encuentren, ella era la mente maestra así que nunca lo usaría, ni siquiera para comunicarse conmigo.

¿Fue Dulce? Pero... ¿como sabía ella del código si nadie le hablo de el? ¿Gladys le contó? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Mamá fue secuentrada? ¿Dulce esta más loca que mamá?

Dios, eran muchas preguntas y ninguna respuesta, no fue un pedido de rescate, ni siquiera era de auxilio, no estaban en peligro, simplemente quería que la encuentren, querían jugar.

Una corazonada, algo me dijo que vaya a su celda y así lo hice. Abrí la puerta de la cabina y corrí hasta el pasillo que daba paso a las celdas.

-Ábreme.

-No puedo hacerlo señorita, tengo estrictas normas que...

-No era pregunta, es una orden. -El guardia suspiro y hablo por la radio.

-La investigadora de la policía pide que le de paso a las celdas ¿puede pasar?

-Si, dejala pasar. Pero acompañala hasta donde quiera ir. -oí una voz demandante.

Ignore todo mi alrededor cuando al fin el guardia me abrió la reja.

-iremos con cuidado, por aquí. -me dio el paso y no tarde ni dos segundos en caminar a gran velocidad a mi objetivo.

No lo espere, pase rápido, sabía cual era la celda, el me siguió casi corriendo detras de mi, mientras golpeaba las otras puertas de metal de las ptras mujeres del lugar, se oían gritando cosas pero no podían importarme menos en ese momento.

-Creo que tendría que esperarme, no es seguro que vaya sola.

Dijo cuando me vio doblar hacía mi destino y pararme delante de esa puerta, era gris, de metal y una de las pocas sin ventana que diera al corredor, tenia llave y dos candados en las trabas que concluían con ella, viéndola era imposible que algún humano saliera de ahí, observé la cámara que se encontraba apuntando bien a la puerta y no podia entender que habían echo para que no se viera nada desde esta camara.

-tienes dos segundos para abrirme la puerta o te quito las llaves.

-Si señora.

En menos de un minuto ya estaba adentro. Cuatro paredes blancas, sin ventanas, sin salidas, una cama de metal con un colchon que fácil se puede confundir con una hoja de papel, un inodoro y un lavamanos sucio, era lo unico que había aparte de cadenas y libros en ese cubiculo que llamaban "carcel". Era horrible y entendi por que mama quería salir de ahí lo antes posible o el por que Dulce no querría estar allí ni medio día.

-Dejame sola.

No obstuve respuesta, mi tono demandante hace que siempre hagan lo que digo, mi rostro solo muestra seriedad o ironía al tratarse de temas policiales, no soy amiga de nadie, acá vengo a trabajar y como se ve que soy la única que podría resolver esto deben obedecerme, es peor para ellos que dos locas se hayan escapado de su manicomio que para mi y mi carrera.

Observe todo, cada detalle e intenté encontrar algo que me llamara la atención, algo obvió que nadie vería, por que eso era lo ridículo de esta gente, no dejaban pequeños rastros o algo muy escondido, todo era obvio, todo era fácil de resolver, solo que somos muy inferiores a ellos, a sus cerebros, mientras nosotros nos estresamos por descifrarlo todo, ellos se ríen de nuestra inutilidad al no captar sus obvios mensajes.

Enrealidad, todos perdimos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora