2

70 7 0
                                    


    2.

Después de un duro día en el trabajo, de reuniones con los clientes y de preparar la defensa de varios juicios que tendría la siguiente semana, por fin cerré el ordenador y lo guardé en la bolsa. Eran las 9 y 10, salté de la silla recordándo a todos los muertos de los que me entretuvieron tanto, bueno, en los mios más bien. Cogí el móvil y llamé a Sofia, informándole que llegaría un poquito tarde, bueno, ya llegaba tarde. Miré el wassap y como siempre, nada de Carlos. Era mi pareja o mi compañero de piso?

*Esta noche no me esperes, quedé con Sofia*

*Ok*

Recibí la contestación en cuestión de segundos, un maldito Ok? De verdad?

Volví a resoplar pero no dejé que eso me estropease la noche y corriendo me dirigí a mi pueblo.Tardé como 15 minutos en llegar.Dejé el coche mal aparcado y entré por la puerta trasera de la cafetería, en la zona de fumadores donde Sofia estaba sentada con una cerveza.

-Vengo agobia, lo siento tia.

-No te preocupes, se acaba de ir Cristian.

-Quién es ese?

-Uno con el que había quedado hace un par de semanas.

-Te habrá puesto mirando para Cuenca no?

-Acaso lo dudas? - comenzamos a reir - yo no tengo novio como tú para que esté todos los dias dale que te pego.

-Uffff - volví a resoplar y agaché la cabeza - voy a pedirme una copa de vino.

-Me vas a decir que Carlos no folla - me quedé callada, no sabía que contestar - pide dos que esto se va a poner interesante. Qué sucede? - me preguntó después de hacerle el pedido al camarero que estaba por ahí cerca.

-No follamos,bueno hace meses de eso. Si el folla no es conmigo claro está. Quiero dejarlo Sofia.

-Por qué no lo haces entonces?

-Tengo miedo.

Le conté en gran parte lo que pasaba en mi relación entre copa y copa de vino. Cuando ya llevábamos 3 copas y las dos ibamos contentas en nuestra mesa se sentaron dos guardias, cosa que a mi me sorprendió. Miré al de mi izquierda que se presentó como Jose y joder, esos ojos verdes otra vez. Me perdí en su mirada y sinceramente no recuerdo el nombre, si recuerdo que Sofia interrumpió ese momento, ese en el cual yo me veia reflejada en sus pupilas y todas mis fuerzas se centraban en su cara tan perfecta, en sus ojos y en esa boca que sonreía. Joder, si era la sonrisa más bonita que había visto en toda mi vida y creo que nunca me encontraré otra igual o nunca la querré encontrar. Ese pelo negro me llamaba para pasar mis manos, esa barba estaba ahí para que yo pudiera pasar mis dedos entre ella y acariciar esa cara tan suave. Había alguna cana, pues estaba claro que él era más mayor, pero era tan perfecto, era tan agradable, tan optimista, tan risueño que desde ese mismo instante quise tenerlo en mi vida para siempre. Pero que tonta fui, los para siempre existen solo en los cuentos de hadas.

-Cata, baja de la nube - me llamó Sofia - cuéntale a Jose todo lo que pasa, él pasó por algo parecido y te puede ayudar.

-Qué sucede? - apoyó sus brazos en la mesa y su barbilla en su mano, prestándome así toda la atención del mundo y yo sonrojándome como una tonta.

-Tengo novio - él asintió y seguramente pensó, a mi que narices me importa pero se lo guardó para el - el caso es que quiero dejarlo y no sé como hacerlo, me da bastante miedo.

-Qué te da miedo, su reacción o el hecho de no tener novio?

-Su reacción - contesté sin siquiera pensarlo ya que esa idea me aterraba.

Lo que jamás soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora