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Era agosto. En mi casa habían terminado una obra y fui a un centro comercial a comprar unas cosillas que me faltaban para el baño cuando una vez más, como era muy normal durante todo este tiempo, Carlos decidió enviarme un mensaje con amenazas. No lo leí hasta que no subí al coche pues sabía el efecto que eso causaba en mi.

Desde esa noche, un 23 de junio, cada día era normal que Carlos me amenazase de alguna manera, llamase a mis amigos o hablase mal de mi. Tal y como Jose me explicó, la campaña de difamación sería brutal pero a mi me estaba ya tocando las narices. Miré el móvil y vi que Jose me tenía desbloqueada, decidí enviarle el mismo audio que Carlos me había pasado a mi y preguntarle si eso sería suficiente para que la guardia civil le diera un aviso.

Mientras tanto yo llegué al pueblo, me duché, dejé la compra y me puse un mono azul y unas cuñas para salir con Laura y Sofia. Fuimos a la cafeteria de siempre, y nos estábamos poniendo al día.

-Tu curro que tal ? - le pregunté a Sofia

-Bien, ayer me llevé una bronca del jefe porque un cliente se quejó de que la leche no estaba caliente. Que la quiere hirviendo el gilipollas? Pues que se lo tome en su casa y se abrase la lengua.

-Quien te escuche Sofia.

-Me la suda. Y tú Cata?

-Esta semana está llena de tontos contándome tonterías - nos reímos las tres - uno que quiere llevar a su vecino a juicio porque el gallo canta por las mañanas. De verdad, la gente se aburre y no sabe en que gastarse el dinero.

-Que lo mate y haga un cocido.

-Eso pensé yo Sofia pero si le digo eso, yo no tengo dinero ni para gallo ni para los ingredientes del cocido.

-Enserio vas a ir a juicio por eso? - preguntó Laura flipando.

-Si no matan al gallo antes, si, iremos a juicio por un gallo.

-La gente está mal de la perola.

-Si, si. Y no es de ahora.

-Bueno y con este chico de Cuenca, que tal?

-Con Daniel? - ellas asintieron - uffff, pues es que es un pesado. Habla todos los días pero no se decide a hacer nada y le pregunté si era gay. No se lo tomó muy bien.

-Tia, como le preguntas eso?

-Yo que sé, me salió la pregunta y se la hice. No hay más. Y tú con el masajista que?

-Nada, el otro día subió su hermano a decirnos que follásemos más bajito porque al día siguiente trabajaría.

-No jodas tia - contestó Laura - pero que estabaís haciendo?

-Follar en la camilla de masajes.

-Joder que asco - contesté yo - si alguna vez me duele la espalda ya sé a que masajista no iré.

-Como si fuera el único que habrá follado ahí. - contestó Sofia.

-El único que sepa, si. Quereís otra ronda?

-La pido yo, y tú mira tú móvil que no para de sonar.

Miré mi teléfono del cuál no me enteraba y vi tres llamadas perdidas de Jose. Mi corazón se hinchó de alegría y solo me faltaba dar saltitos pequeños cual coneja. Lo llamé de vuelta.

-Dónde estás?

-En la cafetería con mis amigas.

-Estoy de turno, ahora iremos a tomar café.

Miré el reloj, eran las 10 y muy poco de la noche y él acababa de entrar en el turno de noche. Unos veinte minutos después llegaron él y Lucas a la cafetería y me informaron de todo el procedimiento a seguir. Esa noche me fui a dormir feliz, recibiendo migajas.

Por la mañana el timbre sonó y Rufus me despertó con sus ladridos. Abrí la ventana del salón pues no me quería arriesgar a que Rufus se escapase y ahí estaba él.

Una camiseta negra, los pantalones del uniforme y las botas del trabajo.

-Qué quieres? - dije somnolienta, pues eran las 6 y cuarto de la mañana.

-Abre.

No me pude resistir y lógicamente le abrí la puerta, aceptando otra vez las migajas que me daba, volviendo a ser feliz con un poquito cuando yo merezco más, mucho más.

Después de eso, caí en la peor de las depresiones. Días con el corazón roto y llorándo, queriendo tenerlo a mi lado pero viendo como él no quería tenerme en su vida. Hasta que un buen día tanto Sofia ,Laura y Marta me dijeron todo aquello que debía escuchar.

También se puede llorar sin derramar ni una sola lágrima y doler sin que nadie se de cuenta.

En eso se había convertido mi vida, en estar muerta en vida. En sonreír cuando tocaba, en reír a carcajada cuando se esperaba de mi y en trabajar, trabajar y trabajar. Hasta que llegó el día que a mi puerta llamaron Marta,Sofia,Laura y Martin.

-Llevas tres días sin ir al trabajo y te has visto las pintas?

-Si Sofia, me las he visto. Que haceís aquí?

-Llevamos dos semanas sin saber de ti y después de llamar al trabajo y decirnos que estás en casa, enferma, hemos decidido venir a verte. - contestó Laura

-Y tú? - le pregunté a Martin.

-Yo venía a hablar contigo y me encontré con ellas en la puerta.

-Hola Rufus, mi amor - Marta estaba acariciando a mi enorme perrito - venga tira a la ducha, nosotros sacamos a Rufus y cuando volvamos te quiero ver preparada para que nos escuches.

-No me apetece - me tiré en el sofá

-No rechistes que me meto contigo y te baño - escuchar a Marta decir eso fue intimidante, ella lo haría y sinceramente no me apetecía.

Me metí al baño resoplando, me quité el pijama que llevaba tres días sin quitarmelo, abrí el grifo del agua caliente y me metí bajo el chorro que calentaba mis músculos. Una vez fuera, con el albornoz puesto y un pijama limpio, volví al salón donde estaban todos esperándome.

-Me quereís decir que pasa?

-Estoy hasta los cojones de que te hundas en la mierda cada vez que él desaparece de tú vida. No te quiere, y me alegro por ello porque tú te mereces a alguien mucho mejor que él. Mereces a alguien que no te falle cada vez que se le crucen los cables, mereces a alguien que sepas que mañana seguirá ahí por mucho que le digas la verdad y tu con él no lo haces.

-Si lo hago, si le digo la verdad Marta.

-Si le dirías la verdad, ya sabría por tu boca que le quieres pero no, tú le mientes con tal de tenerlo. Prometes tener una relación esporádica y de vez en cuando, cuando a él le apetece porque quieres tenerlo a él y te conformas con tan poquito cuando vales tanto.

-Y tú? - miré a Martin- que quieres decirme?

-Yo venía a decirte que él tiene novia, desde hace un año o así. Que intenté avisarte las veces que lo viste de eso pero no quería meterme, pues me podrías decir que porqué me meto yo.

-Tiene novia? - pregunté asombrada - no lo sabía. De hecho las veces que nos vimos me dijo que no tenía a nadie en su vida.

-Si, no eres la única, lo que hizo contigo lo hace con más chicas y sinceramente a ti te lo quería decir porque me pareces demasiado buena e inocente como para aguantar eso. Pienso lo que Marta.

-Sé lo que estás pensando y no - lo interrumpió Sofia - eres una persona maravillosa pero no puedes compararte y no puedes pretender que él vea en ti algo que no ve o no quiere ver.

-Es él.

-No Cata - Marta me habló en un tono más suave - quieres que sea él pero no lo es.No digo que sea mal amigo, pues te ha acompañado en todo lo que has pasado y te ha escuchado, pero eso hace un amigo no? - asentí con lágrimas en los ojos - pues ahora debes recomponerte. Te has permitido estar mal, llorar, patalear y desear con todas tus fuerzas de que vuelva pero debe terminar. Sabes por qué? Porque cuando te llegue la mierda al cuello solo tú vas a estar para salvarte, nadie más.

-Gracias - dije entre sollozos, pues tener a estos amigos en mi vida era lo mejor que podría sucederme y a raíz de aquí, tendría un nuevo amigo pero no lo sabía.

Lo que jamás soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora