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—Ella se me acercó y comenzó a acariciar mi pecho y parte de mi entrepierna y, viejo, jamás sentí tanto asco e impresión en una fiesta en mi vida

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—Ella se me acercó y comenzó a acariciar mi pecho y parte de mi entrepierna y, viejo, jamás sentí tanto asco e impresión en una fiesta en mi vida. Entonces la tomé de sus hombros y aparté de mí, y le dije que ya estaba en una relación, pero ella seguía insistiendo...—Narraba con entusiasmo cierto joven pelirrojo mientras aspiraba sutilmente del cigarrillo y exhalaba en el ambiente cerrado de la sala de aquél enorme pent-house, observando con los ojos entreabiertos a su querido acompañante que, de repente, el rubio bufó una sonrisa, lo observó con diversión y soltó una fuerte carcajada, estremeciendo a su mejor amigo.

—Amigo, le hubieras dicho directamente que las vaginas te espantan y ya.—Exclama con obviedad en carismáticas risas mientras sacaba una paleta dulce de arco iris del bolsillo de la holgada gabardina oscura que traía puesta Touya.

Cada vez que salían de compras, Touya medía la cantidad de dulces que su mejor amigo compraba. Es por eso que, en muchas ocasiones, él debía guardar o esconder los preciados "tesoros" como solía llamarlos el blondo, para que no los consumiera a todos de golpe y muriera de diabetes en el mismísimo instante.

Éste, vuelve a calar un poco del cigarrillo mientras analiza detenidamente las acciones de su amigo que, se encontraba sacando sutilmente la punta de su lengua, concentrado, tratando de abrir la envoltura de aquel delicioso dulce, y finalmente exhala suavemente el humo en el rostro del más pequeño, ocasionando que, en consecuencia, el rubio empiece a toser de forma exagerada.

—Joder, ¿es necesario que siempre luzcas tan malditamente adorable?, tú también eres otros de los motivos por los que jamás en mi vida me atrajo ni me atraería una mujer. Hasta tosiendo y con los ojos llorosos te ves tan...— Un pequeño y débil golpecito en su brazo izquierdo interrumpió sus palabras, Keigo lo observaba con el ceño fruncido, un leve puchero y aquel hermoso par ámbar lagrimeando, realmente se veía indefenso, como un pequeño pichón. 

—I-imbécil..., no digas cosas así, y-yo jamás saldría con un emo pelirrojo que no se baña y olvida buscar a su hermano de nueve años de la escuela... —Exclama al principio con enojo y en tono bajito, pero a medida que avanzaba su diálogo empezaba nuevamente a levantar divertido el tono de voz, para finalmente sacarle la lengua en burla a su mejor amigo "emo", recordándole lo torpemente olvidadizo que solía ser.

Touya, al escuchar a Keigo, abre como plato ambos ojos turquesa, jala de sus cabellos con pánico, apaga rápidamente el cigarrillo en el cenicero que se encontraba en medio de la limitada mesita y en pasos acelerados se dirige hacia la puerta, escuchando como el rubio continuaba burlándose de aquella lamentable situación. A Touya Todoroki se le pasó por alto completamente el hecho de que debía ir a buscar a su hermano menor Shoto de la primaria, quien probablemente ya no se encontraría allí, si no más bien en la casa de los Midoriya, porque supongamos que no es la primera vez que algo así sucede con los Todoroki. 

—Ya llegué.—Una fuerte voz se hizo pronunciar en la sala de estar amplia del pent-house, lo cual generó que las dos personas que se encontraban allí, dirigieran sus miradas hacia el responsable de aquella prominente voz. Uno le restó importancia, y el otro se quedó ensimismado, devorando con la mirada de pies a cabeza al hombre que imponía una presencia importante fuera donde fuera.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2022 ⏰

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🎀ᴰᵃᵈᵈʸ'ˢ ᴸⁱᵗᵗˡᵉ ᴮᵒʸ🎀- [EndeHawks]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora