20

3K 353 137
                                    


¿Ya llegaste? —


— Sip, me dieron un pase, ya vengo subiendo por el elevador.

No puedo creerlo, ¿no estás nervioso? — estaba a punto de responderle, pero a continuación su clásico vómito verbal se hizo presente — ¿Asustado tal vez? ¿Recuerdas lo que debes hacer? ¿El piso? ¿Dónde es? ¿Sabes qué puerta tocar? ¿Sabes dónde está el baño? — viré mis ojos mientras seguía "escuchando" sus miles de preguntas. Me miré por el reflejo del ascensor, no venía vestido formal, ya que Nikolas me había dicho que viniera con ropa casual. Así que unos jeans ajustados envolvían mis piernas, una playera sin mangas negra cubría mi torso y unos vans envolvían mis pies.


No me veía nada mal, tampoco era un trabajo fuera de lo común. Solo sería un asistente — Nada mal — murmuré inconscientemente.

¿Qué dijiste? —


— Ehhhg — el ascensor emitió un ruido característico cuando las puertas se abren, así que sin soltar el teléfono salí y comencé a buscar la puerta indicada donde se supone que aquel idiota estaría esperándome — Nada, nada, ya salí del ascensor.

No manchaste tu playera con café como siempre lo haces, ¿verdad? —


— ¿Qué? — bajé mi mirada hacia mi pecho sin dejar de caminar solamente para negar lo que Nikolas preguntaba — Por supuesto que no, hoy no bebí café.

¿Seguro? —


Estaba a punto de responder, pero al levantar mi mirada por accidente mis manos soltaron mi teléfono al sentir como dolorosamente chocaba contra alguien por andar distraído hablando con Niko.

La vergüenza me envuelve cuando siento al primer instante la presencia de un Alfa desconocido para mí. Es la primera vez que siento y percibo el aroma embriagador de un Alfa que no fuera el de mi padre. El aroma es tan fuerte que puedo sentir el sabor a vino en mi nariz, es tan delicioso que mi lobo está a punto de hacer acto de presencia. Mi loba está extasiada, así que sin importar si me estaba hablando o no lo cual no noté, tomé mi teléfono recogiendolo del suelo y seguí mi camino hacia una puerta que estaba abierta. Entré sin saber y ahí me quedé.

Comencé a sentirme muy extraño, me sentía acelerado, agitado y de alguna forma muy imperactivo. Los vellos de mis brazos se habían erizado. No sabía que sentir a un Alfa desconocido a mí me haría reaccionar de esta manera.

No me permití indagar más allá en mis reacciones porque al instante escuché una voz conocida para mí saliendo de una puerta de la oficina en la que me había metido.

— Tranquilo mi cielo, yo iré por él, pero no te preocupes. No quiero que empeores, sabes bien que en este edificio nadie se pierde. Sí, sí, yo lo sé, pero....— se quedó callado una vez sus ojos encontraron los míos — Sí, sí, aquí sigo, no te preocupes, ya lo encontré — bajé la mirada al sentir como sus ojos miraban con curiosidad a los míos como si tuviera algo, no me gustaba que me miraran tan obviamente y él lo estaba haciendo — Yo también, nos vemos al rato. Cuídate mucho mucho — después colgó — Con que aquí estás....

— Deja de mirarme tan obvio, ¿sí? Me incomodas — crucé mis brazos en un intento de mostrarme seguro, aunque Peter fuera un Alfa, nunca me había sentido menos por él, tal vez era porque era novio de mi mejor amigo. Pero aún así llegaba a cohibirme.

— Es que tus ojos están activos.

— ¿Qué?

— Tu lobo —respondió — Se está asomando — me reacomodé en mi lugar rompiendo el agarre de mis brazos para mirarle con más atención — Yo no sabía que tus ojos eran azules.

Daddy, ¿me follas? [Emiliaco Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora