— Ese es el plan más estúpido que he escuchado en toda mi vida. ¿De dónde lo sacaste? ¿De alguna novela barata o de las historias tontas de internet que lee tu novio?— Alguien no despertó de buen humor hoy.
Sobo mi mentón en un intento de relajarme — Créeme que si no tuviera a un omega en celo en mi casa estaría hasta mejor.
— No entiendo, ya pasaron sus tres días. ¡Los supresores funcionaron! Y aparte no tuviste que tocarlo, ¿cuál es el problema?
El sonido de frustración que saco es mi única respuesta para él. Me dejo caer en mi cama mientras que el coraje de lo que hice me atormenta. Maldita sea, trato de buscar mil justificaciones para tratar de buscar una alternativa que me calme, pero no lo hay.
Le fallé a mi cachorro, al chico que yo elegí como mi omega y por eso decidí encerrar a mi lobo. Hemos estado peleando constantemente, de alguna forma quiero culparlo a él por haberme incitado a hacer aquello.
Pero ya lo hice, ya es tarde para arrepentirme o para encontrar a un culpable. Quise ayudar a Joaquín, quise encontrar una forma de calmar sus gritos, sus súplicas.
Pero jamás pensé que sería de aquella forma.
Tal parece que nuestros lobos se entienden muy bien, pero nosotros no.
— Entonces eso haremos — suelto sin más. Según Peter, el padre de Joaquín no lo dejará en paz hasta que esté casado con un Alfa que le cerciore una buena vida. La idea de mi tonto amigo era hacerle creer que me casaría con su hijo mientras que al mismo tiempo ayudaría a que Joaquín se volviera independiente. Conseguirle un trabajo fijo, una casa o un departamento. Mi fin es demostrarle a su padre que sin la necesidad de algún Alfa, Joaquín puede valerse por sí mismo. Aunque al final de cuentas yo tendría que ver ahí.
— Bien, pero recuerda que no solo lo decides tú, debemos hablar con Joaquín. Pero lo haremos en la tarde, ya que se levante y esté cuerdo — asentí sin mirarlo —Y también recuerda que el padre de Joaquín no es tan fácil de engañar. Sé que su madre tal vez nos podría ayudar, pero no estoy seguro aún. De eso me encargo yo.
— ¿Y si no funciona?
— Pues encontraremos una manera.
— Dios — restriego ambas manos en mi rostro — Recuérdame porqué hago esto.
— Para ayudar a Joaquín.
Joaquín.
De poco a poco puedo sentir como mis ojos se van abriendo. Cuando logro asimilar donde estoy decido sentarme en la cama. Después, llevo mi mano a mi espalda para sobarme un poco, tal vez dormí mal pues esta zona comienza a dolerme.
"No fue por dormir mal, Joaquito"
¿De qué hablas Candy?
"Adivina adivinanza quien te jaló la lanza"
Y automáticamente, gracias a aquel comentario suyo me llega a mi cabeza un recuerdo de golpe. No, es una imagen. ¡Mi celo! ¡Oh, mierda! ¿Qué diablos pasó?
"¿Acaso no lo recuerdas?"
Hago a un lado la sábana para notar algo raro en mí, pero nada. Me siento verdaderamente bien, tranquilo, como si hubiera sido....complacido.
— Ay no — restriego mi mano por mi frente mientras que cierto pensamiento se instala en mi cabeza y es ahí cuando empiezo a temer — ¿Acaso yo....?
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Daddy, ¿me follas? [Emiliaco Omegaverse]
FanfictionEl celo no es el único pretexto para pedir un polvo. Terminada.