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Capítulo dedicado a sofiaquispeo 💗.






















Es algo indefinible lo extraordinario que puede llegar a ser un beso. En cuanto sus labios colisionaron con los míos sentí como todo a mi alrededor desaparecía de una forma tan sorprendente, la calidez del toque fue tan delicado que hizo que sintiera un ligero cosquilleo en mi vientre, sentía cosquillas, eran más que cosquillas, sentía que podía reír toda la vida.

Sus labios eran tan sublimes e incomparables, era el primer beso más real que he sentido en toda mi vida, me sentía capaz de tocar la luna. No sé si era el único que lo sentía, pero gracias a este beso me sentí enchufado a una corriente eléctrica. Habían tantas reacciones en mi cuerpo que no podría definirlas con certeza, pero salieron a flote solo por este beso. Por el toque de Emilio, por su cercanía, por su amor y la calidez que emanaba su cuerpo.

Nos miramos detenidamente cuando él tuvo que separarse, sus manos tomaron las mías y él mismo las bajó. Después, sus ojos achocolatados tan ideales llenos de ternura recorrieron las facciones de mi rostro, sus manos acariciaron mi nuca y después acunaron mi rostro. La sensación de sentirme finalmente en un hogar se estrelló contra mi corazón cuando sentí un suave y tierno beso en mi frente. Después en mi sien, en mi nariz y finalmente en mi boca.

— Te esperé tanto tiempo — le miré, no ha dejado de verme como si fuera algo irreal. Sus prodigiosas pestañas les dan un contraste tan bonito a sus ojos — Quiero hacer tantas cosas, decirte tanto, pero no sé por donde comenzar.

— Ya tendremos tiempo para eso — posiciono mis manos sobre las suyas acariciándolas — Vamos adentro, quiero decirte otra cosa.

Él asiente y juro que las mariposas aun no se van porque en cuanto envuelve su mano con la mía me siento tan contento. Me siento querido, me siento adorado y finalmente valorado.

Cuando entramos a su casa y cruzamos nuevamente por la cocina decido acercarnos a la sala. Dejo la flor en la mesita de al lado del largo sofá que está a mi lado, después suelto nuestras manos y le pido que tome asiento — ¿De qué quieres hablar?

— Sé que me conoces realmente bien, siempre he sido muy tímido y algo cohibido. Pero contigo logré apaciguar eso, aunque no por completo, lo sabes, ¿no?

— Lo tengo presente y me alegra que saques el tema porque ahora más que nunca necesito que confíes en mí. Quiero que tengas presente que jamás te juzgaría por tu personalidad, tú puedes ser como quieras, no quiero que te limites a mostrarme una cara que te forzaron a mostrar antes. Conmigo puedes ser tú mismo, cachorro. Solo tú.

— ¿Solo yo? — asintió.

Muy bien, tomo aire y después lo suelto por mi boca. Es tu turno, Candy.

"No me lo digas dos veces"

Cierro levemente mis ojos y después los abro dirigiendo mi mirada hacia los suyos. Estos cambian la dulzura por un rastro de remota confusión, tal vez notó el reflejo de los ojos de mi loba — ¿Jo-Joaquín? — en cuanto escucho la duda en su voz lo tomo como estimulo para continuar, camino hacia donde está y de forma lenta y calculada me sitúo encima de él. Sobre su regazo con mis piernas a los lados de las suyas.

— Dijiste que solo contigo podría ser como realmente soy, desde que te hablé por primera vez te desee con toda mi fuerza ­— noté que sus manos estaban apartadas, como si las estuviera alejando completamente de mí para no incomodarme, pero yo no quiero eso. Lo quiero lo más cerca de mí posible — Eres todo lo que siempre soñé, pero no solo tu físico fue el que me envolvió, también es cierto que no puedo ocultar que tuve que recurrir a ciertas estrategias para llamar tu atención porque te hacías el difícil — finalmente tuve una reacción, sus comisuras comenzaron a levantarse, acaricié su mejilla, sus ojos no han dejado de ver los míos, me siento envuelto por él — Pero cuando empezamos a hablar y empecé a conocerte. Quedé encantado con tu forma tan natural de hablar conmigo, me interesabas mucho y entonces me hiciste adorarte en cada muestra de cariño y atención que comenzaste a darme. Eres un hombre maravilloso, Emilio. Me has demostrado lo único que eres, sin duda eres todo un paquete de cien. Que digo cien, un millón.

Daddy, ¿me follas? [Emiliaco Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora