When you call me fucking dumb.

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"Llevo curitas conmigoPara cuando tus suaves manosChoquen contra el suelo aspero"

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"Llevo curitas conmigo
Para cuando tus suaves manos
Choquen contra el suelo aspero"


Tres días.

Tres largos días en los que Gahyeon estaba muy empeñada con enseñarle a su mejor amiga a que por fin pudiera andar en bici. Yubin parecía avanzar mucho, pero aún seguía cayendo y raspando sus codos, manos y rodillas.

Por eso, ahora Gahyeon guardaba muchas curitas en sus bolsillos para curar las lastimaduras con besos, caricias y claro, la curita.

─ Mamá va a matarme. Tengo muchas curitas en todo mi cuerpo, Hyeon. ─ dijo la mayor, mientras reia y tomaba asiento en el cordón de la vereda.

Era su hora de descanso.

─ Y aún falta una. ─ dijo la pequeña en busca de la última curita.

─ ¿Dónde─...? ─ no llego a terminar cuando los suaves labios de Gahyeon tocaron tímida y cuidadosamente su mejilla.

Mejillas que no tardaron en adaptar un lindo rojo.

Luego de eso vio venir la curita y por último, la pequeña tomo asiento sobre sus piernas y la rodeó con sus brazos.

Al parecer se había lastimado la mejilla cuando choco contra el árbol tramposo que se había puesto en su camino, provocando su última raspadura.

─ Estupido árbol. ─ gruño bajo.

Gahyeon comenzó a reír mientras recostaba su cabeza en el pecho de Dami. Pronto los brazos de la castaña rodearon su cintura y así permanecieron, viendo como poco a poco el sol comenzaba a bajar.

─ Dami unnie... ─ comenzó la pelirroja. Dami acarició su espalda, en señal de que la estaba oyendo. ─ se acerca tu cumpleaños... ¿qué te gustaría que te diera?

Dami lo pensó un poco, más bien unos largos minutos en los que acariciaba suavemente la espalda de su mejor amiga... ¿qué podría pedir?

─ Nada. ─ dijo sin más.

─ ¡¿Nada?! ─ para Gahyeon, esa era la respuesta que menos deseaba. Rápidamente se alejó de su escondite y miró fijo a su mayor. ─ ¿cómo que no quieres nada? ¡Es tu cumpleaños, tiene que haber algo que quieras!

─ Solo que estés ahí. ─ con su dedo toco la punta de su nariz y río por la graciosa mueca que la pelirroja había hecho. ─ Eres muy tierna, Gahyeon ¿lo sabes?

─ ¡Yah, unnie! ─ protesto de brazos cruzados. ─ suficiente con que JiU unnie lo dijera. De todos modos voy a darte un regalo.

─ ¿Ah si? ¿y qué es? ─ sabia que no iba a obtener alguna respuesta, pero el pequeño refunfuño de Gahyeon había sido más que suficiente.

─ Si te lo digo no será sorpresa, boba.

─ Pero quiero saber. ─ insistió.

─ Curitas. ─ dijo rápido. ─ Curitas para cuando sigas cayendo de la bici.

─ Entonces serán muchas porque todavía no aprendo a no caerme.

─ Entonces así será. ─ respondio sacandole la lengua unos segundos y su mirada se corría completamente avergonzada.

Dami no tardó en comenzar a reír y abrazarla con fuerza.

Gahyeon revolucionará su día a día con esas lindas y graciosas muecas, sus millones de caras y expresiones también le parecían tiernas y graciosas. No habia nadie mejor en el mundo que Lee Gahyeon para que fuese su mejor amiga.

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Training Wheels | ᴳᵃʰᵐⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora