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"Mis ruedas nisiquiera tocan el suelo Tengo miedo de quitarlas Pero están tan desgastadas."
─ Espero que te haya gustado tu regalo, unnie. ─ dijo una emocionada y sonriente Gahyeon.
Yubin no podía creer lo que veía y tenía en frente; una bicicleta nueva, regalo de la única y exclusiva Lee Gahyeon.
─ Gahyeon... esto es demasiado-... ¡Debió ser costosa! ─ sobre penso las cosas. ─ No puedo aceptarla.
─ ¡La aceptaras! ¡Es de parte de las chicas también!
Claro que las amigas y su hermana habían pagado la mayoría, pero no se lo dijeron a la niña para evitar sacarle la ilusión de que sus ahorros habían valido la pena.
─ ¡Con más razón! ─ lloriqueo Dami.
─ ¡Gahyeon! ─ grito la voz perteneciente de Yoohyeon, quien venía con herramientas en su mano y a su lado, Bora traía una caja de regalo.
La pelirroja recordó un pequeño detalle que se le estaba escapando de las manos. Solo faltaba un regalo más.
─ ¡Yubin, feliz cumpleaños linda! ─ felicito la mayor de las cuatro, brindándole un cariñoso abrazo. ─ espero que te haya gustado el regalo.
─ Y-Yo... si, muchas gracias. ─ sonrio apenada.
─ Aún falta uno más. ─ anuncio Yoohyeon señalando el que sostenía su pareja.
─ ¡¿Otro más?! ─ puchereo la castaña sorprendida.
¿Desde cuando recibía tanta atención?
─ Deja de llorar unnie, acéptalo. ─ insistió su mejor amiga a su lado.
Dami no tuvo más opción que aceptar el regalo.
Apenas lo tuvo en sus brazos, no dudo en abrir la tapa y se encontró con dos rueditas para bicicletas un poco desgastadas. Su mirada se encontró con la de Gahyeon, quien rápidamente enrojeció y sonrió boba. Esas eran pertenecientes de ella y ahora se las estaba entregando.
