>>𝑹𝒊𝒅𝒆 𝒊𝒕, 𝒎𝒚 𝒃𝒖𝒏𝒏𝒚<<

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Playlist:  https://open.spotify.com/playlist/58HdMkMxfGYGvgJHBkuAsr

Todo estaba pasando más rápido de lo que ambos podían procesar, pero eso no los estaba frenando. Pasaron lo que parecieron siglos para Namjoon (aunque en realidad fueron solo cinco minutos en automóvil) hasta que llegaron al pequeño departamento de Jungkook. Ambos se bajaron con prisa y entraron al edificio, teniendo que aguantarse las ganas en el elevador para no incomodar a la viejita que los acompañaba. Tan pronto como Jungkook abrió la puerta de su pequeño cuarto-departamento, Namjoon lo tomó de la cintura violentamente, jalándolo hacia su cuerpo, buscando desesperadamente sus labios. Las rodillas de Jungkook se debilitaron al sentir su cuerpo caliente contra el de Namjoon, con sus erecciones rozándose por encima de la ropa. Las manos de Namjoon estaban fuertemente aferradas a él, una rodeando su cintura, la otra enterrada en sus largos cabellos azabaches. Jungkook dio unos pasos hacia atrás, chocando inmediatamente con la cama y cayendo en ella, haciendo que Namjoon se viera aún más imponente esperando por él a los pies del colchón.                                                                                  

—Estamos impacientes, ¿cierto?— preguntó con la voz ronca, una ceja alzada,  y sus venosas manos desabrochando la hebilla de su cinturón lentamente.

Jungkook se incorporó, acercándose al cuerpo de su mayor, haciendo que quedara entre sus piernas y ayudándolo a deshacerse del molesto cinturón, tomando el lugar de sus manos para que las de Namjoon se dedicaran a deshacerse de su playera. Cuando Jungkook por fin hizo a un lado el molesto cinturón, dirigió su mirada hacia el pecho desnudo del hombre frente a él. No pudo hacer más que tragar ruidosamente ante la erótica vista de sus abdominales ligera y deliciosamente marcados, seguido de la vista de su parte superior, con su clavícula, brazos y pectorales definidos, los cuales hicieron que la boca se le hiciese agua. Namjoon solo sonrió con suficiencia al ver al menor embobado recorriendo su cuerpo lascivamente con la mirada. Lo tomó por los hombros y lo empujó de vuelta a recostarse en el colchón.

—Espero tengas una buena dotación de condones aquí dentro, conejito— susurró mientras recorría el torso aún vestido de Jungkook con la nariz, provocándole cosquillas, llegando hasta sus labios para tomarlos con decisión. Jungkook estaba a nada de dejarse llevar, pero lo que dijo Namjoon encendió un foquito en su cabeza. 

Demonios, condones.

Gimió fuerte, y esta vez no fue por el placer de sentir los firmes labios de su hyung robarle todos los suspiros que tenía para dar. 

H-hyung, espere— se separó un poco del cuerpo de su mayor, sintiéndose tentado a dejar todo fluir, pero no podía. Debía ser aunque fuera un poquito prudente— Y-yo, no tengo condones aquí— susurró, un poco avergonzado.

Namjoon cerró los ojos, un poco angustiado, también considerando seriamente dejar el tema morir por la paz y seguir con lo suyo.

—H-hay una farmacia aquí cerca, puedo ir y...— Namjoon lo interrumpió.

—Iré yo, conejito— se apresuró a ponerse la playera que había terminado tirada encima de la computadora de Jungkook. Ya en la puerta, se regresó a darle un último y caliente beso a Jungkook antes de correr hacia la farmacia más cercana, dando un portazo al salir. 

El silencio de la habitación envolvió a Jungkook, pero no duró mucho antes de ponerse a gritar como colegiala y a revolverse en su cama emocionado. Sabía que Nam tardaría un poco, así que respiró un par de veces y se dio el lujo de pensar en lo que pronto pasaría. Su erección ya dolía encerrado en sus jeans, así que se deshizo de ellos y se acarició un poco por encima de los ajustados bóxers, gimiendo, pero tratando de resistir las ganas de más. No quería continuar sin su Hyung, así que respiró para calmarse y ver que haría a continuación. Su mente iba a mil por hora, planteándose un montón de escenarios posibles, hasta que hubo uno que lo hizo sonreír perversamente. Aprovecho el tiempo que le quedaba antes de que Namjoon llegara para prepararse correctamente para lo que planeaba que ocurriera esa noche. Si bien nunca había pasado de segunda base con los chicos con los que ocasionalmente salía, el cajón de su mesita de noche guardaba todo tipo de juguetes sexuales con los que le gustaba divertirse a solas, imaginando que era su mayor el que le hacía temblar las piernas en cada embestida y cada orgasmo. Tomó un baño lo más rápido que pudo, y emocionado fue a asaltar su cajón de juguetes. Tardó un poco en decidirse, pero finalmente tomó su bonito plug con la base en forma de corazón rosa. Lo lubricó y se recostó en su cama, acariciándose un poco su aún prominente erección para hacerle las cosas más fáciles, ya que no contaba con mucho tiempo. Lentamente comenzó a introducir el plug en su entrada, encontrando un poco de resistencia al principio, la cual fue desapareciendo rápidamente ante la insistencia de sus suaves embestidas y el placer que su mano contraria le brindaba a su miembro. Cuando por fin estuvo todo dentro, de su boca salió un jadeo ronco que se prolongó debido a las caricias que no podía dejar de darse, imaginando que eran las grandes manos de su hyung. Demasiado excitado para ignorar su necesidad, cerró los ojos, y se dejó llevar. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta de su apartamento se abriera, dejándole ver la imponente silueta de Kim Namjoon, quien cerró lentamente detrás de él, mientras apretaba su mandíbula a niveles que creía imposibles. 

ᴘᴏɴʏᴛᴀɪʟ [ɴᴀᴍᴋᴏᴏᴋ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora