El parque estaba lleno de niños y niñas que reían y jugaban, de madres vigilantes agrupadas en un rincón, de jugadores de ajedrez que fruncían el ceño pensando en su siguiente movimiento, de adolescentes que hacían los deberes o escuchaban música, a veces incluso ambos a la vez…
Entonces los vi, dos chicos sentados en un banco, bajo la sombra que proyectaba la copa de un árbol que había detrás. Ambos se levantaron al vernos.
Uno era de estatura media, de hombros anchos y brazos fuertes. Su pelo negro era más largo de lo normal (o sea, que no llevaba el típico corte de pelo que suelen llevar los chicos), con flequillo a un lado, casi tapándole uno de sus ojos azules. Llevaba un polo gris de manga corta sobre una camisa blanca y unos pantalones rojo apagado. Un estilo bastante llamativo, aunque a él no parecía importarle, sino todo lo contrario…Sonrió al vernos y le salieron unos pequeños hoyuelos en las mejillas, como a un niño pequeño. No sé por qué pero me dio la sensación de que era un chico de los que tienen la risa fácil, el tipo de chico con el que nunca preexiste el silencio más de unos instantes. El otro era más alto, de pelo castaño, y, a diferencia del primero, a simple vista supe que éste iba con regularidad al gimnasio, no porque tuviese una espalda ancha y unos brazos robustos (que era más bien el caso del otro chico), sino porque incluso debajo de la sudadera azul claro que llevaba podía ver la firmeza de sus músculos y su delineado contorno. Llevaba unos pantalones de color marrón que se le ajustaban a las caderas…he de reconocer que le quedaban escandalosamente bien. Su mirada me atrapó. Tenía unos preciosos ojos verdes que nos observaban acercarnos con curiosidad y diversión. Puede que no fuese la única a la que no parecía convencerle esto de la “doble cita”. Tenía una bonita sonrisa, bueno, puede que bonita se quedase un poco corta, mejor…encantadora. Dulce y pícara al mismo tiempo.
Poco a poco acortamos la distancia que nos separaba, y antes de que me diese cuenta estaba plantada delante de dos desconocidos.
Sam se adelantó y les dio dos besos a ambos. Se giró y me sonrió. Sólo yo supe lo nerviosa que estaba, pues tenía su casi imperceptible tic en la comisura de su labio superior. Levantó la mano y señaló al chico de la sudadera, el de la sonrisa encantadora.
-Maia, este es –Matt. Matt. Matt. Por favor que sea Matt.-, Tyler –dijo con alegría. Noté en seguida la emoción en su voz al pronunciar su nombre. Él me sonrió de forma amable-. Tyler, esta es Maia –continuó mientras yo me acercaba a Tyler para darle dos besos. Tuve que ponerme de puntillas para llegar a sus mejillas.
Sam me señaló al otro chico. Matt. Mi supuesta cita…
-Y este en Matt. Matt, esta es Maia –añadió Sam. Matt me guiñó un ojo al fijar mis ojos en él. Le sonreí. Creo que había acertado bastante con respecto a cómo era Matt.
Dimos una vuelta por el parque, hablando sobre lo que nos gustaba y lo que no, sobre cosas importantes y sobre otras que no lo eran en absoluto. Yo trataba de no interferir mucho en la conversación de Sam y Tyler pero, por lo visto, a Matt no le importaba hacerlo cada vez que tenía oportunidad. Yo no hablé mucho, aunque lo cierto es que lejos del cobijo de mi casa era bastante reservada, sobre todo con desconocidos con los que tenía que pasar una ‘doble cita’… Varias veces me quedé mirando a Tyler y a Sam, caminaban muy lejos el uno del otro, como si les diese miedo tocarse, pero era evidente que había mucha complicidad entre ellos, bastaba con ver cómo se miraban. Lo cierto es que hacían muy buena pareja.
Mientras paseábamos el sol brillaba con intensidad sobre nuestras cabezas, condensando la atmósfera hasta tal punto que comenzaba a resultar molesto, así que nos sentamos en el césped, es una zona resguardada de la luz del sol.
-Uff. ¡Qué calor hace! –exclamó Matt al sentarse a mi lado. Se tumbó boca arriba y se tapó el rostro con uno de sus brazos.
-Muchísimo –convino Sam, que se había sentado a mi otro lado, mientras se apartaba varios mechones de la cara y se hacía una coleta.
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Y entonces tropecé contigo
Teen FictionMaia es una chica normal, con una vida normal que, desafortunadamente, decide ayudar a su amiga, Sam, con sus problemas amorosos. Nada del otro mundo. Todo cambia cuando conoce a Tyler: guapo, simpático, todo un héroe... Y es ahí cuando empiezan a s...