Capítulo 7.

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El tiempo siguió pasando, y Gun hubiera querido que algo de su relación cambiara luego de aquel pequeño beso que Mark le había dado, pero para su suerte, o desgracia, no avanzaron ni hicieron más.

Sí, solían salir caminando de la mano, y las muestras de afecto del mayor, como los abrazos o los mimos en el cabello, aumentaron, y a Gun le encantaban.

Pero no hubo más besos, al menos no en los labios, a veces Mark dejaba un beso en su frente al dormir o en su mejilla al despedirse.

Y Gun queria besarlo con muchas ganas, pero era muy timido, se sentia muy torpe e inseguro para dar un simple paso y besarlo de una vez.

"Solo ve y bésalo." le dijo GN, cansado de que estuviera todo el día pensando en los besuqueos con su compañero de cuarto.

"Como sifuera tan fácil".

"Solo tienes que ir y comerle la boca, cobarde".

"Prueba besándolo tú a ver si es tan fácil, GN." Gun rodó los ojos.

"Soy hetero, no voy a besar hombres".

Gun decidió ignorarlo, tuvo que esperar hasta las seis de la tarde para que Mark
terminara sus clases y regresara al cuarto, con escuchar sus pasos fue hacia la puerta para mirarlo con los mejores ojitos de cachorro triste que pudo poner.

Funcionaron en seguida porque Mark lo miró e hizo un leve puchero, cerrando la puerta detrás de él.

—Owww, Gun.— tomó sus mejillas con suavidad, acariciándolas con sus pulgares, de inmediato el pelinegro sonrió —¿Tienes mimitis?

—¿Mimitis?

—Falta de mimos, puede ser crónica, muy grave.

—Creo que tengo mimitis.— dijo, asintiendo.

Mark dejó un besito en su frente.

—Vamos que te doy abrazos y mimos para tu mimitis, Gun.— dijo, tomando su mano y yendo hacia el dormitorio, se quitó su abrigo y dejó el bolso de la universidad a un lado, para luego echarse, junto con el menor, sobre su cama.

Gun apoyó su mejilla sobre el pecho del mayor, y podía escuchar sus tranquilos
latidos, estaba muy calentito, y en el frio de principios invierno se sentía más hermoso, rodeó su cintura con cariño, mientras Mark hacía lo mismo con sus hombros, y dejaba mimos sobre su cabello.

—Eres como un perrito que no vió a su dueño en todo el día.— comentó Mark con gracia.

—Me estaba sintiendo algo mal.

—¿Por qué? ¿Qué te duele? ¿La cabeza de nuevo?

—No, no...— tomó aire antes de decirlo —Mark, me preguntaba, ¿Por qué no volviste a besarme?

—Porque quiero que me digas que estás seguro de ello.

»Me refiero... A que si te beso tanto como quiero hacerlo, porque quiero hacerlo, ¿Eso hará que otro Alter aparezca? Y si te sientes inseguro, no estás listo aún, por más ganas que tengas... ¿Y si no es tu momento?

»No quiero besarte, hacerte sentir incómodo, o alertar a alguno de tus protectores, y terminar besando a Sky ... O a GN.

—Eso es un asco, ¡Iugh!— dijo GN —Lo siento.— habló Gun de nuevo.

—Esta bien, Gun.— dijo Mark, dejó otro besito sobre su cabeza —No quiero tampoco que un beso sea un desencadenante y te pongas mal, quiero estar completamente seguro que estarás bien, que nada te traerá malos recuerdos, ni flasbacks, nada que pueda lastimarte de nuevo, porque no quiero lastimarte.

The AltersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora