Capítulo 8

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—Buenos días, lindo.— dijo Mark, viendo al medio dormido Gun que se frotaba sus ojitos, el pelinegro sonrió al verlo y se acercó a él para dejar un suave beso de buenos días en sus labios —Estás muy precioso hoy.

—Siempre dices lo mismo, todos los días.— dijo el menor, bostezó, aún bastante dormido.

—Será porque estás precioso todos los días.

Gun solo podía sonreír y ruborizarse.

En las últimas dos semanas habían estado muy empalagosos, nunca había sido un secreto de que a Mark le gustaba dar amor, pero no sabía que Gun quería muchas muestras de amor y estaba muy necesitado.

Por más que a veces se hiciera el difícil, quería mimos y amor todos los días. Cada oportunidad la usaba para darle un beso, o abrazarlo, dormían juntos y paseaban de la mano, sonreía más que nunca.

Mark solo podía admirarlo con ternura y amor, porque era un ser muy cariñoso, y le encantaba.

Desde que habían empezado con esa relación informal, porque no habían arreglado ser nada aun, los otros Alters aparecian mucho menos.

—GN no quiere salir porque él es heterosexual y que un hombre esté cerca afecta su masculinidad débil.— dijo Gun, estaban en la cafetería de la universidad, como les era recurrente.

—Hey, deja al chico que tenga sus gustos, si no le gusta una buena polla está bien, las tetas no están tan mal después de todo.

—Ese fue el mejor comentario que te he escuchado decir.— dijo GN, su voz grave anunciaba su presencia —No te voy a insultar esta vez, te felicito.

—Que honor, y viniendo de un chico tan lindo.— le guiñó un ojo, con una sonrisa
amplia, GN hizo una mueca de asco y se fue, dejando a un Gun confundido.

—¿Me perdí de algo?

—No realmente.— dijo Mark, tomó su mano y entrelazó sus dedos —Gun, ¿Cuándo tendrás una cita conmigo?

—Cuando me invites.

—¿Cuando estás libre?

—Los fines de semana.

—¿Quieres salir conmigo este fin de semana?

—Claro que sí.— dijo, y sonrió ampliamente —¿A dónde vamos?

—Quiero ir al centro comercial y pasar una tarde en los juegos.

—Si me llevas a los juegos Napy va a tomar el control, le encantan los juegos y las luces y los premios de peluche... Tengo que hablar con GN y preguntarle si es debido, es un niño.

—Lo sé, Gun, siempre podemos cambiar de planes e ir al cine o algo.

—Sé que cuidarás muy bien de Napy, él no sale mucho, estaría bien darle un gusto.

—¿Puedo tener una cita con Napy en los juegos? Y después te llevo a comer a donde quieras.

—A un restaurante de hamburguesas.

—Hecho.

—Será la mejor cita de mí vida.— dijo el pelinegro, notoriamente feliz.

Ambos estaban muy felices y muy cómodos juntos, incluso podrían definirse como unos tórtolos, porque sonreían todo el día y cuando estaban a solas pensaban tanto en su compañero que se distraían de sus clases o de lo que estuvieran haciendo.

—Señor Thaweesak.— llamó Mark, la clase había terminado y sus compañeros se retiraban del aula, quedando los dos a solas —Quería comentarle sobre mí trabajo.

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