Again -Knowmin

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Luego de comer ambos decidieron salir a caminar un rato para bajar la comida, aunque eso había sido una excusa solo para pasar un poco más al lado del otro porque sabían que al llegar a casa las cosas volverían a hacer como antes, no se hablarían y fingirían ser amigos delante de cámaras. O eso es lo que pensaba Seungmin hasta que Minho habló.

-Seungmin no puedo más- su voz se quebró y lo tomó de la manos halándolo a su cuerpo uniéndose en un abrazo, el menor no reaccionaba por lo repentino del abrazo, no se movió hasta que sintió las lágrimas de Minho en su cuello, entonces lo envolvió en sus delgados brazos y acarició su espalda, no se había dado cuenta que también estaba llorando hasta que sintió una gota salada en su boca.

Estuvieron abrazados por un buen rato hasta que Seungmin se separó lentamente de su cuerpo.

-Hyung, ya no llores, estoy aquí- tomó entre sus manos temblorosas el rostro de Minho-Si quieres hablar podemos ir a otro lado, sabes que no nos pueden ver en esta situación en público. Minho solo asintió y tomó la mano de Seungmin, caminaron así hasta que llegaron a un parque ecológico que estaba abierto. Entraron y buscaron un lugar donde puedieran tener privacidad.

Ninguno hablaba, Seungmin ya se había calmado mientras que Minho aún tenía sus ojos levemente hinchados y pequeñas gotas bajaban de vez en cuando por sus mejillas. 

Seungmin seguía pensado que Minho no lo quería y solo hacía esto porque estaba confundiendo las cosas, o que lo extrañaba como amigo. Se lastimaba el mismo para engañar a su corazón y poder superar a Minho aunque eso no es lo que de verdad quisiera.

Minho cerró los ojos e inmediatamente pensó en Seungmin y su sonrisa, las cosas que sentía cada que lo veía, la forma en que sus ojos se achicaban cuando reía, las caras que hacía para que los miembros sonrieran, pero más que nada recordó esos momento cuando despertaba y lo veía a su lado al despertar, su respiración calmada que golpeaba contra su rostro, o las veces que se sonrojaba cuando el le decía cosas bonitas. Recordó todo eso pero también recordó como lo lastimó, recordó el brillo de sus ojos apagándose ese día que discutieron, recordó lo solo que el se sentía sin la presencia de Seungmin a su alrededor y es de donde tomó la confianza de decir lo que sentía.

-Te amo, no tengo idea desde cuando pero sé que te amo. No puedo estar sin ti, soy un completo idiota que no te merece.-decía sin verlo al rostro porque no podría soportar el rechazo de Seungmin. - Ni si quiera merezco que me perdones por como te he tratado, pero es verdad cuando digo que no puedo vivir sin tu sonrisa, o sin nuestras peleas sin sentido, te he extrañado más que a nada. Eres parte de mi y no puedo dejarte ir así como así. Estoy tonta y completamente enamorado de cada parte de ti.

Seungmin cayó al suelo llorando, escondiendo su cara entre sus brazos lloró mucho porque aunque no quería admitirlo el también lo había extrañado, Minho se agachó y cuando lo iba a abrazar Seungmin comenzó a golpearlo en su pecho.

-Tonto Minho, eres un tonto- detuvo los golpes y lo besó, Minho no reaccionó hasta después de un par de segundos cuando sintió que Seungmin se alejaba, lo tomó del cuello y profundizó el beso, no fue como los besos que normalmente compartían, este fue más dulce, tranquilo incluso algo torpe donde se transmitieron todo lo que sentían.

Al separarse se miraron a los ojos.

-Yo te dije que te amaba, ¿sientes lo mismo?- preguntó Minho con algo de temor-comprendo que sientes algo pero ¿es igual de fuerte a lo que siento yo por ti?

-Sí, te amo Minho-rio y Minho pudo sentirse el hombre más feliz del mundo cuando vio el característico brillo de los ojos de Seungmin, cada vez que lo veía, volver.

Se quedaron en su mundo por un rato más, dándose miradas tímidas luego de confesarse al fin.

Los chicos se encontraban asustados sin saber lo que pasaría, pensaban que ambos habían terminado peleando y en el peor de los casos Seungmin en un bar junto a Yeosang tomando, no querían eso otra vez, pero BangChan estaba tranquilo en el sillón viendo como el resto estaba viendo la puerta cada cinco minutos a ver si sus amigos aparecían.