Capítulo 7

1.5K 162 37
                                    

El tiempo siguió pasando, y Kate hubiera querido que algo de su relación cambiara luego de aquel pequeño beso que Yelena le había dado, pero para su suerte, o desgracia, no avanzaron mucho más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El tiempo siguió pasando, y Kate hubiera querido que algo de su relación cambiara luego de aquel pequeño beso que Yelena le había dado, pero para su suerte, o desgracia, no avanzaron mucho más.

Sí, solían salir caminando de la mano, y las muestras de afecto de la mayor, como los abrazos o los mimos en el cabello, aumentaron, y a Kate le encantaban.

Pero no hubo más besos, al menos no en los labios, a veces Yelena dejaba un beso en su frente al dormir o en su mejilla al despedirse.

Y Kate quería besarla con muchas ganas, pero era muy tímida, se sentía muy torpe e insegura para dar un simple paso y besarla de una vez.

"Sólo ve y bésala" le dijo Kath, cansada de que estuviera todo el día pensando en los besuqueos con su compañera de cuarto.

"Como si fuera tan fácil."

"Sólo tienes que ir y comerle la boca, cobarde."

"Prueba besándola tú a ver si es tan fácil, Kath" Kate rodó los ojos.

"Soy hetero, no voy a besar mujeres."

Kate decidió ignorarla, tuvo que esperar hasta las seis de la tarde para que Yelena terminara sus clases y regresará al cuarto, con escuchar sus pasos fue hacia la puerta para mirarla con los mejores ojitos de cachorro triste que pudo poner.

Funcionaron en seguida porque Yelena la miró e hizo un leve puchero, cerrando la puerta detrás de ella.

—Owww Katie —tomó sus mejillas con suavidad, acariciándolas con sus pulgares, de inmediato la pelinegra sonrió—. ¿Tienes mimitis?

—¿Mimitis?

—Falta de mimos, puede ser crónica, muy grave.

—Creo que tengo mimitis. —dijo, asintiendo.

Yelena dejó un besito en su frente.

—Vamos que te doy abrazos y mimos para tu mimitis, Katie. —dijo, tomando su mano y yendo hacia el dormitorio, se quitó su abrigo y dejó el bolso de la universidad a un lado, para luego echarse, junto con la menor, sobre su cama.

Kate apoyó su mejilla sobre el pecho de la mayor, y podía escuchar sus tranquilos latidos, estaba muy calentita, y en el frío de principios invierno se sentía más hermoso, rodeó su cintura con cariño, mientras Yelena hacía lo mismo con sus hombros, y dejaba mimos sobre su cabello.

—Eres como un perrito que no vió a su dueño en todo el día. —comentó Yelena con gracia.

—Me estaba sintiendo algo mal.

—¿Por qué? ¿Qué te duele? ¿La cabeza de nuevo?

—No, no... —tomó aire antes de decirlo—. Yelena... Me preguntaba, ¿por qué no volviste a besarme?

The Alters - (Katelena) (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora