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Cuando los engranajes comenzaron a funcionar fue entonces cuando el abrió sus ojos. Lo primero que divisaron sus retinas fue un cuerpo inerte sentado en la silla frente a él, entre sus manos tenía una carta la cual ya poseía arrugas a simple vista en el papel. Inconscientemente supo que aquello no era normal pero no se sorprendió.
Porque la información que iba llegando hacia él lo hacía pensar que tampoco era normal, es más, ¿ya poseía una conciencia con la cual definir tales circunstancias separándolas de lo normal y anormal?
El cadáver que se encontraba frente a él se trataba de alguien joven. Su tez era completamente blanca, tan clara como la porcelana. Su pelo rojizo y largo caía sobre sus hombros como formando un camino de grava. En su ropa no había nada especial, se encontraba vestido con unos pantalones negros y camisa del mismo color. Lo que llamaba su atención además del sobre entre sus manos era la sonrisa que el cadáver poseía.
Sin entender su propia existencia el extendió su mano y retiro de las manos del joven el sobre. Esto requirió algo de fuerza, quizás más de la que hubiera imaginado en un principio. Los músculos del cadáver ya se habían contraído resultando algo difícil abrir su mano. Cuando logro su cometido y al tratarse el único en el lugar abrió la carta sin más demoras.
La letra en el papel estaba exquisitamente escrita en cursiva con una caligrafía que dejaría encantado a cualquiera, llamando a leer el papel más de una vez.
"He desechado a dios, estoy cansado y quizás en algún punto puedas entenderme. El "tu" que está leyendo esto es una pizarra emocionalmente en blanco, eres una pequeña marioneta. Eres única en tu clase, y tu despertar es la prueba de ello. Aun así, estas programado con un trabajo complicado, pero estoy seguro que tu; quien no conoce el miedo, el amor, la tristeza y el significado de vivir un día más podrá darle un significado diferente al mío. Y de esta manera cuidar a quienes debía de hacerlo.
Estas programado con mi propia información, con mis propios recuerdos. Probamente ahora no comprendas, cuando tomes mi nombre como tuyo lo harás. Mi deseo es que escribas el final de mi historia tal y como lo desees, rezare por un final en el cual ambos nos sintamos a gusto. No te pierdas, extiende tu mano y recibe la ayuda; no repitas mis errores.
Y protégelos; protege a tu familia.
El tiempo es limitado, no deje que nadie descubra lo que realmente eres. Mientras los engranajes se mantengan girando todos deben creer que sos normal, un simple humano. Cuando sea el momento de despedirte lo notaras.
Hasta entonces, hazlos felices.
Cuando sea hora de bajar el telón, y tengas que cerrar los ojos espero que estes satisfecho mi pequeño autómata.
