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Jay miraba con desconfianza a Heeseung, estaba atento a cualquier movimiento que su esposo piense hacer, cualquier paso en falso que Heeseung diera sería luz verde para que Jay corra con el bebé y se encierre en su seguro hogar.

—Cariño.

—Me mentiste—estaba molesto, Heeseung lo noto—Dijiste que podíamos quedarnos con el.

—Yo nunca dije eso Jongiee.

—Dijiste que ya había ganado tu corazón, Dany gano, esas fueron sus palabras.

Heeseung suspiro.

—Si, eso dije y no mentí, amo a ese bebé, quisiera que fuera parte de nuestra familia, también quiero ser su padre, pero no podemos.

—Si podemos Heeseung, si quieres podemos.

—No cariño, no podemos.

—Entonces no lo quieres lo suficiente.

—Jong, él tiene una familia.

—Tiene una hermana huérfana, y una tía que no sabrá darle amor que nosotros podemos darle.

—Jong.

—No—le interrumpió—Si realmente nos amas, si me amas, tienes que hacer algo para que podamos quedarnos con él.

—No es un objeto Jongseong, no es un juguete que simplemente puedes robar, es un ser humano, un bebé que tiene familia y hay que entregarlo a su hermana y sus tíos.

—No, no, no, no me hagas esto, por favor.

—Amor, podremos adoptar, Daniel no es el único bebé en el mundo.

—Mientes, no podemos, estuvimos años esperando a que nos acepten los papeles y nunca sucedió algo, no nos aceptaran, nadie cree que entregar un niño a una pareja gay sea sano.

Heeseung suspiro y lentamente se acercó a Jay, con cuidado tomó una mano del mayor y le sonrió.

—No quise decirte esto porque ya teníamos a Daniel, pero creo que esto te gustará—Jay lo miro confundido y Heeseung soltó una pequeña risa—Aceptaron los papeles de adopción, podremos adoptar, cariño.

Jay lo miro confundido, proceso las palabras y cuando pudo entenderlas fue que miro a su bebé, él pequeño niño que estaba en sus brazos, chupando su dedo pulgar, tan ajeno a aquella discusión.

—¿Cuando pasó eso?

—Los papeles llegaron hace una semana y llamaron de la fundación hace tres dias, les conté nuestra situación pero ella dijo que si algo sucedía, podíamos ir, no importa el tiempo que pase.

Jay negó. Él no quería otro bebé, él quiere a Daniel, él es su niño.

—Es tu culpa—las lágrimas comenzaron a traicionarlo—Si no hubieras llamado, no hubieras aceptado esta despedida, ella hoy se iría y nosotros seríamos felices.

—Jong.

—Pero lo entiendo—miro el pequeño bebé y sonrió con tristeza—Me duele y no quiero dejarlo ir, quiero ser egoísta quedármelo, pero lo entiendo.

Heeseung sintió su cuerpo menos tenso, Jay entendía, al menos eso estaba diciendo.

—¿Entonces dejarás que Dany sea feliz con su familia?

—Espero no arrepentirme

—Eres una gran persona, Jay-ssi

—No lo soy—no, no lo era, Jay es consiente de las ideas que tuvo para permanecer con el bebé y sabe que no eran para nada ideas que una buena persona tendrían—Aún no quiero dejarlo.

—Ellos se van mañana, Cariño.

—Es mi hijo—sintió su corazón doler—Nuestro bebé.

—Sabíamos que este momento llegaría.

—Esperaba que nunca llegará.

—Yo igual.

Y cuando Heeseung acaricio la mejilla de Dany, la puerta fue abierta de un golpe y el grito de Sakura se escuchó seguido de la voz de una señora.

—Quiero a mi sobrino, ahora.

Jay cerró los ojos con miedo y se aferró a su niño.

Aún no estaba listo.

Pero tenía que hacerlo, sabe que si.

—Por favor oppa, ya démelo.

Supuso que hasta aquí llegaba su historia.

























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