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Heeseung miraba fijamente los ojitos marrones del pequeño bebé delante suyo.

—No sonrías—le advirtió—Si lo haces no podré dejarte ir, así que no sonrías.

El bebé que Jay había llamado Daniel no pudo evitar reír, dejando sus blanquitos dientes a la vista. Heeseung bufo y dejó caer su rostro en el sofá, ya está, ese bebé lo tiene en la palma de sus chiquitas manitas.

—¿Que haces?

Heeseung rápidamente levantó su cabeza, mirando a su hermoso esposo que sostenía una mamadera verde en su mano derecha.

—Habló con Dany—suspiro—El ganó.

—¿Que ganó?

—Mi corazón....

Jay negó con una hermosa sonrisa de encías, acercándose al bebé y tomándolo en brazos para darle la leche.

—¿Entonces ya podremos quedárnoslo?—

Heeseung suspiro, negando lentamente mientras tomaba un piecito del pequeño bebé entre una de sus manos.

—Jongiee, no es que no quiera, pero si él tiene una familia hay que devolverle.

El menor bufo. Ya sabía a donde iba todo eso, siempre era lo mismo, Heeseung siempre le recordaba que ese bebé no era suyo y que no podía tenerlo, que tenía una familia que lo estaba buscando, pero vamos, Jay no era tonto, él lo encontró en un basurero y duda que alguien realmente esté buscando a ese hermoso  niño.

—¿Y si nadie lo está buscando?

Dejando el piecito del pequeño en paz, Heeseung miro a su esposo, sonriéndole para tratar de aligerar el ambiente.

—Si nadie está buscando a este hermoso bebé, entonces nosotros cuidaremos de él—Jay sonrió—Pero no te ilusiones Jongiee, tenemos que ser realistas y saber qué hay más probabilidades de que el próximo en tocar al puerta de la entrada sea la madre o padre del bebé o algún familiar ¿Si?

Jay asintió y como si el mundo lo odiara, en ese momento el timbre que estaba colocado junto a la puerta de la entrada principal, haciendo que el menor abrazara al bebé con más fuerza, sintiendo su corazón acelerarse ante el miedo de que las palabras de su esposo se hagan realidad.

Heeseung se puso de pie y Jay negó frenéticamente, tomando una mano del mayor y suplicándole con la mirada que no abriera.

—Porfavor no hagas, solo ignóralo.

Heeseung suspiro, soltándose suavemente del agarre de su menor.

—Jong no hagas esto, seguramente solo es Hoon, él dijo que quería conocer al bebé.

Dudoso y con miedo, Jay dejó ir a su esposo, el cual volvió a los minutos junto a Sunghoon. El menor suspiro aliviado.

—Hola JayJay, solo vengo a pasar tiempo con mi hermoso sobrino.

Jay asintió, entregando al bebé con confianza al mejor amigo de su esposo.

—Estaba tomando leche, ¿Puedes seguir dándole?

Sunghoon asintió animadamente, tomando la mamadera y alimentando al pequeño.

Mientras Heeseung miraba fijamente a su esposo, estaba preocupado, tenía miedo, sabía que sería difícil cuando Daniel se vaya y aún no estaba listo para lidiar con eso.

Solo deseaba que la familia del bebé venga rápido por el, porque si se quedaba por más tiempo, iba a ser aún peor cuando tengan que dejarlo ir.













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