Sugar Hearts

30

— ¿Cariño? –escuchó la voz de mi madre mientras me observa preocupada– ¿Que pasó, estas bien? –me pregunta preocupada al darse cuenta que había estado llorando.

Observó a mi madre y las ganas de llorar me invaden de nuevo. Mis ojos se llena de lagrimas y lucho contra el nudo que se ha formado en la garganta. ¿Como le iba a decir que ella tenía razón con Aidan?

— He terminado con Aidan. –le digo tratando de no llorar.

— ¿De que hablas cariño?, Si estabas muy feliz con el.

— Te explicaré después mamá. –le digo– Terminaré de alistarme para ir con los chicos.

Ella me observa preocupada pero respeta el que yo no haya querido decir nada, y se lo agradezco.

Una hora después estoy frente a la casa de Sídney. Toco el timbre y  unos minutos después se abre dejando ver a una feliz Sídney. La sonrisa de mi amiga se borra al observarme.

— ¿Estas bien? –pregunta.

— No. –le respondo con la voz débil mientras entro a su casa. Una vez dentro me acerco a ella y le doy un fuerte abrazo.

— ¿Que pasa? –pregunta mientras corresponde mi abrazo, haciéndolo más fuerte.

Respondo a su pregunta y le cuento todo lo que sucedió hace un rato mientras nos sentamos en su sala de estar. Ella me escucha y una vez que termino de contarle todo ella se levanta furiosa del sofá.

— Ese...¡Dios! –exclama con furia– ¿Como pudo hacer algo así?

— Pensé que realmente sentía algo por mi. –le digo mientras observo el piso– Después de todo, nuestra relación empezó solo como un contrato. Fui una tonta al pensar que iba a tener un final feliz con él.

— Ese imbecil, nos engañó a todos con su actitud buena. –habla enojada– Escúchame, ese hombre no merece ninguna de tus lagrimas, eres una persona maravillosa.

Sonreí mientras las lagrimas seguían saliendo mientras mi amiga me daba un fuerte abrazo.

—A partir de hoy sacará a ese hombre de mi vida. –le dije y limpié mis lagrimas.

Iba a sacar a Aidan de mi vida así como el fácilmente me había sacado de la suya.

— Es mejor que nos vayamos ahora, necesitamos llegar con Oliver.

— Tienes razón Shaleen, si no comenzará a ponerse nervioso por que no llegamos.

Ambas salimos de la casa y nos subimos en el automóvil de mi amiga para ir hasta la hermosa casa de playa de la familia de Oliver.

▫️▫️▫️

Después de comprar algunas cosas que hacían falta llegamos a la casa de Oliver.

La casa de Oliver era de estilo mediterráneo, era una casa enorme, y estaba en una zona exclusiva aún lado de la playa. Había venido varías veces con mis amigos a pasar el rato y era lo mejor del mundo.

Una vez frente a la entrada de la casa pusimos el código de acceso y entramos. Oliver estaba sentado en un sofá tranquilamente viendo su celular.

— Que bueno que llegaron chicas. –exclamó con emoción.

— ¡Feliz cumpleaños! –gritamos ambas al mismo tiempo que hacíamos explotar un cañón de confeti hacia Oliver.

Había decidido no contarle a Oliver sobre Aidan debido a que sabía que se enojaría y no quería arruinar su día.

— Son las mejores, las quiero mucho.

Ambas sonreímos y lo abrazamos al mismo tiempo fuertemente.

— ¿Que tal si comenzamos con la decoración? Y después nos relajamos un rato. –propuse.

— Esa es una excelente idea.

Oliver nos ayudó a bajar las cosas que habíamos comprado en el camino incluido un pequeño pastel para cantarle las mañanitas y comer un pedazo.

Varias horas después terminamos de acomodar todo decidimos que era hora de ir a arreglarnos. En cuanto estuvimos listos recibimos al dj quien daría el ambiente a la fiesta.

— Ha quedado increíble, estoy muy agradecido que estén aquí este día conmigo chicas.

— Es tu cumpleaños, así que no podíamos dejarte solo. —hable con una sonrisa.

Una vez terminamos de hablar comenzaron a llegar los invitados entre los cuales contaban con amigos de Oliver que no conocía y compañeros de universidad. Conforme pasó el tiempo la fiesta tenía una gran ambiente.

Camine hasta la barra y le pedí un trago fuerte al chico que preparaba bebidas.

— Creo que ya has bebido demasiado. –hablo Sindney a un lado mío.

— No te preocupes querida amiga estoy perfectamente. –hable fuertemente debido al ruido de la música.

A decir verdad no estaba bien, todo comenzaba a darme vueltas y no eran más de las doce de la madrugada. Quería tomar hasta perder la conciencia y olvidarme lo sucedido con Aidan, aún que sea por un rato.

Camine tambaleante hasta encontrar un baño vacío. Una vez dentro me despida que a hacer mis necesidades. Saqué mi celular  y marqué el número de Aidan sin esperanza de que me contestara, sabía que mañana me arrepentiría mucho pero el alcohol nublaba mi juicio.

Cuando decidió después sonar cuatro veces, decidí que era mejor cortar pero para mi sorpresa contesto la llamada.

—¿Hola? –respondieron del otro lado de la línea haciendo que mi estómago se revolviera y me dieran muchas ganas de llorar.

— Eres un imbecil Aidan Eaton, ojalá nunca te hubiera conocido.

— ¿Que sucede?

— ¿Y te atreves a preguntar? –pregunte enojada– Sucede que te vas a casar con otra mujer...y me viste la cara de estupida, eso sucede.

No pude evitar soltar algunos sollozos.

— ¿Estas borracha?

— ¿Es lo único que vas a decir?

— Dime donde estas, iré a ahora mismo.

— No, no quiero volver a verte en mi vida, espero que seas muy feliz con tu prometida.

No le di tiempo de responder y colgué la llamada. Guarde mi celular en el bolsillo trasero de mi short y limpie mis lagrimas.

Me sentía muy patética por haberlo llamado pero en en fondo necesitaba hablar sobre lo sucedido con él. Me observe en el espejo y agradecí que Sindney se le ocurriera la gran idea de maquillarnos con productos resistentes al agua, y no parecía un mapache después de llorar.

Salí del baño y fui por otra bebida sin importarme nada más. Una vez que me dieron la bebida la tome de un trago y fui a la pista de baile.

Me moví al ritmo de la música con movimientos sensuales hasta que sentí un cuerpo musculoso detrás mío.

— Bailas muy bien. –hablo una voz ronca cerca de mi oído derecho.

Di la vuelta y observe un chico muy guapo con barba frente a mi. Le sonreí y me dispuse a bailar con el, sin importar más.