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Baje las escaleras lo más lento que podía, no quería verlo tan rápido. No recordaba completamente la noche anterior pero pequeños fragmentos venían a mi mente y me hacían sentir patética.

¿Ahora que seguía? ¿Despedirme de él, así nada mas? 

— Buenos días. –salude tímidamente.

— Buenos días Shaleen.

Puso un vaso de agua junto con una pastilla sobre la repisa de la cocina.

— Te ayudara con la resaca.

Agarre la pastilla a y me la tome con un poco de agua.

— Ahora si, dime lo que tengas que decir para poder irme en paz.

Camino hasta la sala y lo seguí para sentarme frente a él en uno de los sillones.

— Te amo, y lo hago con todo mi corazón, pero hay veces que las obligaciones sobrepasan a el amor.

Sentí un nudo en mi garganta al escuchar aquellas palabras. Sabía que mi corazón volvería a ser destrozado pero sin embargo aquí estaba frente a él.

— El padre de Madeline antes de morir hizo tratos con mi padre, sobre nuestras empresas ya que ambos tenemos acciones en la empresa del otro. Hemos tenido algunas dificultades en las empresas y la única manera de salir adelante es unir nuestras acciones y eso será atravesado del matrimonio.

Claro, la gente rica resolvía sus problemas empresariales con matrimonios arreglados. Aidan había escogido a su empresa y felicidad por delante de todo lo demás.

Madeline podría bríndale la ayuda necesaria por que era una mujer millonaria y en cambio no tenía los recursos económicos para ayudar. Y estaba el padre de Aidan que había hecho lo imposible por alejarnos y lo había logrado.

— Mi padre está muriendo y quiere que me case con Madeline, para solucionar todo, quiere morir sabiendo que su empresa estará a salvo.

¿Realmente están muriendo? ¿O solo eran trucos para separamos?

— ¿Que le sucede a tu padre?

— Tiene Cáncer y no le queda mucho tiempo.

— Lo siento muchísimo, ese pero que puedas cumplir con el último deseo de tu padre.

— Madeline y yo hemos hecho un trato, solo estaremos casados un par de años y después año divorciaremos. Y podremos volver a estar juntos, solo te pido que me esperes.

— No se si pueda espérate Aidan. –dejé con lágrimas en los ojos– No tienes idea de lo mucho que te amo, pero no puedo hacer eso, será mejor que aquí dejemos las cosas y cada quien busque si propia felicidad.

Mis lagrimas salieron llenado mi cara d e lagrimas, Aidan no iba a luchar por lo nuestro y yo tampoco lo haría, no sería yo quien diera mas por esta relación así que era mejor seguir cada quien con su vida.

— Espero que tengas una gran vida con tu esposa y sean muy felices.

Me levante rápidamente del sofá y camine rápidamente hacia la puerta para abrirla y salir del departamento sin mirar atrás, dejando mi corazón junto con Aidan.

▫️▫️▫️

— Necesitas tomar un buen descanso, no luces nada bien. –hablo mi mejor amiga, mientras salíamos de nuestro último examen antes de vacaciones.

Habían pasado cuatro semanas desde la ultima vez que había visto o sabido algo de Aidan.

Las cosas para mi no iban del todo bien, había tenido insomnio, nauseas y mareo, había bajado un par de kilos y estaba el estrés de los exámenes finales.

— Podría dormir por dos días seguidos. –dije mientras me sentaba en una silla de nuestra cafetería favorita.

Después de pedir y que nos entregarán nuestros pedidos Sydney y yo habíamos estado hablando de nuestros planes vacaciones. Por su parte ella iría con su familia a un tour europeo y por el mío, había sido invitada a las canciones familiares de mi padre a Hawai. Así que dentro de cuatro días estaría partiendo a a qué destino tan hermoso.

Sentí mi corazón latir al escuchar a la reportara de espectáculos hablar sobre la próxima boda de Aidan y Madeline.

"El exitoso empresario Aidan Eaton junto con su prometida han decidido adelantar su boda para dentro de cuatro días, es una de las bodas más esperadas del año."

Mis ojos se llenaron de lagrimas sin poder evitarlo. Sydney me tomo fuertemente de mi mano dándome fuerzas.

Sabía que su boda sería pronto pero no tan pronto, y Justo el día que partiría de vacaciones.

— Si lo amas tanto podrías impedir esa boda.

Negué con la cabeza, me levante de la mesa y salí rápidamente de la cafetería. Podía sentir las lágrimas caer por los mejillas.

Todo había terminado, ahora solo tenía que seguir adelante y tratar de olvidarlo, y respetar su opinión.

Cruce la calle sin mirar a los lados, solo escuché a mi mejor amiga gritar, y unos neumáticos derrapando sobre el asfalto, antes de que todo se pusiera negro.

Sugar HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora