IX

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Rachel estaba saliendo del baño cuando Matthew entró en la habitación, ella llevaba un pijama de short y camiseta de tirantes finos, ambas partes de color blanco, su piel bronceada vestía un cuerpo sencillamente perfecto, sin ápice de grasa y con unas piernas de infarto.

-No vas a ir al karaoke?- Preguntó al verla en pijama.

-Claro que sí, es sólo que tenía mucho calor y decidí darme una ducha, harás lo mismo?- Se acercó hasta él y sonrió al sentir como la rodeaba con sus brazos

-Sí, todos quedamos en darnos una ducha y bajar- Le cogió la nariz como a una niña y sonrió con ternura- Estoy sudado, creo que no huelo nada bien- Hizo una mueca de disgusto

-Hmmm- Cerró los ojos e inspiró su aroma- Claro que no, siempre hueles bien- Tuvo que empinarse para poder alcanzar su cuello, le dio un suave beso en éste antes de rodearlo con los brazos- Además….Dios sabe que te adoro y nunca me importará si hueles bien o mal -le lo besó en la mejilla antes de alejarse hacia el tocador y terminar de arreglar su cabello- Yo te espero mientras te duchas

-Tenemos una gran diferencia, tú me adoras en cambio yo te amo- Le guiñó un ojo antes de empezar a quitarse la camisa, era todo músculos, más de los que ella podía abarcar con sus dos brazos, y con esa piel color canela volvía locas a las mujeres que lo rodeaban

Al escucharlo Rachel soltó una carcajada estridente, le devolvió el guiño y continuo peinándose mientras esperaba que saliera de la ducha, cuando terminó se tumbó en la cama y encendió la televisión, pero no podía concentrarse en nada, no lograba sacarse a su madre de la cabeza, y a pesar de que se hacía la fuerte, cada día su ausencia la golpeaba con fuerza, y estando ahí donde sabía que era la habitación de sus padres, la llenaba de infinitos recuerdos, y aunque todos eran buenos, no sabía qué hacer con el espacio vacío, con la ausencia de su mejor amiga.

-¿Te sientes bien?- Preguntó Matt al ver como las lágrimas caían por sus mejillas.

-Odio esto…Siento que no voy a hacer capaz con todo este dolor, sabes…Es que fue tan repentino- Exclamó con un hilo de voz, al sentir que Matt se sentaba junto a ella le pasó un brazo por encima y apoyó la frente sobre su nuca

-Escúchame – Le alzó la barbilla temblorosa que se arrugaba haciendo pucheros- Claro que vas a hacer capaz, vamos a hacer capaces, estoy aquí y no me iré, juntos podremos con esto- La meció con suavidad- Sabes que odio verte llorar, regálame una sonrisa- Inclinó su cabeza hasta ella y la besó suavemente en la frente

-Gracias por estar aquí…Por siempre estar ahí- Le besó el hombro, un beso dulce y cautivador

-Siempre- Le sonrió y se levantó la cama para vestirse- Quiero que te laves la cara y bajemos a divertirnos 

Cuando llegaron a la sala ya todos estaban listos y esperándolos, todos estaban frescos y animados para cantar, Anabelle había traído licor para que se animaran un poco más

-Bueno, ¿Qué pareja va a empezar? –Preguntó Elizabeth al terminar de instalar los micrófonos

-Matt y yo- Anunció Rachel mientras se acomodaba frente al televisor y tomaba el micrófono

-Qué canción?- Preguntó Brittany frente a la computadora, no era de extrañar que siempre fuera ella quien pusiera las canciones

-Si tú no vuelves, de Shakira y Miguel Bose- Respondieron los dos al unísono.

-Vaya pero se pusieron de acuerdo- Opinó Andrew al escucharlos- Quiero que hagan llover porque el calor aquí es sofocante

Tres son multitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora