✽14✽

563 39 2
                                    

Cuando habria lentamente mis párpados, mi cabeza dolía, tenía lágrimas secas por todo mi rostro, no tenía ganas de nada pero de mala gana me levanté fui al baño y me lave la cara.

Quede dormida después de lo que me dijo sensei, ahora estoy sola no tengo nada, ni padres ni amigos, como fue que me quede sola en tan poco tiempo.

Sali del baño solo mi pequeña lámpara de mi mesa de noche estaba encendida, la demás parte estaba oscuro era de noche y había mucho silencio, juraba que por un momento estaba sorda.

Camine hacia mi ropero era hora de de que me diera una ducha y por fin saliera, aprovechando que nadie me veria, no era como si alguien caminara a altas horas de la noche.

Busque un pantalón ancho y una camisa, por supuesto seguido de mi ropa interior. Camine nuevamente hacia el baño, cerré la puerta, y empeze a quitarme completamente mi ropa. Gire la llave y la agua tibia caía en mi cuerpo, relajante a mi gusto.

Terminado de ducharme me seque y me puse la ropa, tener ropa ancha me gusta pues así no me siento apretada y puedo estar más cómoda.

Sali del baño y apague las luces de ella, busque una sudadera y puse mis zapatos.

Ya parada Enfrente de la puerta me sentía insegura al querer abrirla, sin pensarlo más dispuse a girar la manija un sonido retumbó en el pasillo, me quede estática pues está hiso mucho ruido y no sabia a simple vista si otra vez hiba a tener a itadori, nobara o incluso a sensei frente a mi puerta ese mismo momento por el ruido causado.

Asi que de un rápido movimiento cerré la puerta corrí fuera del ahí, me sentí más segura al salir completamente al salir del edificio de los dormitorios.

Revisaba que tuviera todo, teléfono, dinero, si todo está bien así que camine hacia fuera de la escuela.

Si ya se que no se puede salir y menos cuando es de noche pero a quien le importa, no es como si me fueran a matar ahí fuera.

El aire frío pegeba en mi rostro, ahora me arrepiento de no traer algo más grueso con Migo, pero puedo soportarlo solo voy a por comida para todo el mes. Así ya no saldré de la habitación ni tampoco me llevarán comida todas las mañanas.

Los días que me quede en mi habitación pude reflexionar sobre lo que había pasado, por fin me resigne un poco de que toge ya no me quería. Al menos cuando lo vuelva a ver no correré hacia el como lo hacía antes, pero si que me dolerá un poco el fondo de mi corazón.

Las calles eran solitarias y silenciosas, pero sentía que algo me seguía, esa inseguridad hacia que temblará mis piernas y me pusiera nerviosa. Asi que decidí caminar un poco más rápido, hasta llegar al centro de la cuidad, sin pensarlo camine mucho, ahorita que sentía bien mis piernas empezaban a doler.

Sali del minimercado dónde llegaba bolsas en mis dos manos, eran pesadas y no podría aguantar por mucho tiempo, tendria que pedir un taxi pero para eso necesito caminar un poco más.

Así que para llegar un poco más rápido decidí tomar un atajo por un callejón oscuro y solitario, mala idea pensé, pero ya lo hecho, hecho está, estaba a mitad del camino cuando en una esquina había una ¿Niña pequeña? .

Estaba llorando asi que me acerque para ver si se había perdido.

-. Oye, ¿estás bien?, ¿Te perdiste? -. Pregunté mientras me acercaba más a la pequeña.

No hubo respuesta alguna, solo unas risa, que después de convirtieron en carcajadas distorsionadas.

Demonios como pude caer en algo tan simple, además por que nadie me dijo.

𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐚 △FINALIZADA△Donde viven las historias. Descúbrelo ahora