Esa tarde el cielo estaba despejado Drew como cada día, iba al hospital para ver a su amigo Timothy. Habían ido juntos al colegio y los dos empezarón la carrera de turismo en la misma universidad. Por desfortuna, a principios del semestre a Tim le detectarón cancer, y abandonó la universidad para poder recuperarse. Esa noticia afectó a Drew y tras la noticia, huyó de su casa dirección al árbol en el que los dos passaban las tardes y en el que solían subirse y jugar a piratas a la edad de 5 años.
Aquella noticia afectó no solo a la relación inseparable de los dos amigos, también el caracter de Tim, y la preocupación de sus padres. El cancer era muy avanzado, y las esperanzas eran pocas. Drew iba todas las tardes a ver a su amigo. Le solía traer algun juego para que se entretuviera. También hablaban de recuerdos, aunque Drew odiaba hablar de eso porque parecía que no pudieran revivir esos momentos y se deprimia. Timothy no tenía ninguna esperanza de superar el cancer y por tanto intentaba dejarle claro a Drew que algun día el se marcharía y que tendría que seguir su vida.
Drew no quería separarse de su amigo, él lo era todo. Su punto de apoyo, el ejemplo a seguir, para él la idea de perder a su mejor amigo era incluso peor que la de caer del cielo al infierno.
Tras meses de tratamiento, Timothy no superó la terrible enfermedad, Drew estuvo con Tim en su último dia. Hablaba poco pero Drew le entendía:
-Me muero. Lo sabes. Y ya no puedes hacer nada para cambiar eso- Dijó tim con una voz que parecia un susurro.
- Calla! si me dices eso, no podré irme a casa en toda la noche, pensando que te puede pasar algo!- Dijó Drew dramaticamente.
-Drew. Prometeme que harás estas cosas por mi.
Timothy cogió una cadenita, un sobre y un papel y se lo entregó a Drew. La cadenita la encontrarón a los 5 años mientras buscaban un tesoro, ese hallazgo unió más a los amigos. Tras 15 años, Drew dió por perdida aquella cadenita, pero recuerda claramente lo que pasó con ella a los cinco minutos de encontrarla. Los dos amigos evitaron hablar de ello. Tim ahora le entregaba la cadenita pero no estaba entera sino trozeada en las 50 anillas que las formaban.
-Tim!, La tenias tu!
- Sin duda, es el mayor tesoro que guardo. Pero ahora ya no lo podré guardar.
Seguidamente cogió el sobre y le dijó enfurecido.- Cuando acabes la tarea lo podrás abrir. Si realmente eres mi mejor amigo, abrirás el sobre después de la tarea que te encomendaré.
Finalmente le dió la ista de 50 estados en el que los dos habían soñado ir.- Quiero que en cada sitio de esta lista, dejes una anilla del tesoro más valioso que tengo. y una vez acabes esa tarea, abre el sobre-.
Drew juró por su vida que cumpliría esa tarea, y guardó todo lo que tenia en su mochila. Drew le explico muchas cosas a Tim, él no respondió y solo lo mirba afirmando con ojos de un sueño que podria ser profundo y definitivo.
Al día siguiente la cama de Tim estaba vacía. No había nadie en aquella habitación, Drew asustado salió de la habitación y corrió a buscar a alguien. Aquel, 5 de marzo, su amigo Tim, se había marchado para siempre, con las ultimas palabras en un sobre.
Aquella misma noche, Drew, escribió por primera vez en una libreta todas las emociones que sentia. En la tapa puso el nombre de Timothy.
Tim, amigo:
Hoy acabas de marchartes, me has dejado solo y con este apreton de corazón que no me deja vivir. La temperatura de mi cuerpo ha subido extremadamente, he sentido odio, rabia y ganas de no seguir viviendo. el mundo que dejás atrás se ha vuelto blanco y negro, y cada lagrima que alguien derrama, es ahora una simple gota de agua salada. En todo momento pensaré en ti querido Tim, dejaré de cumplir nuestro sueño para poder cumplir el tuyo, y Haré realidad tu deseo y probaré de conseguir este reto lo antes possible.
Drew Soltaba sus lágrimas sobre la libreta y la tinta se difuminaba haciendo inteligible lo que en ella había.