Generalmente, cuando alguien me pregunta cual es mi mayor deseo, nunca sé cómo responder. Ahora lo sé. Mi mayor deseo es no ser tan inteligente. Deseo con toda mi alma, corazón y espíritu, dejar de ser el más inteligente en mi grado. Es lo más molesto e incómodo que pueda existir. Resulta que cuando estás en una clase llena de tontos que dependen de alguien, y tu eres el más listo, adivina a quién van a usar para todo? ¡Exacto, al más inteligente! Por eso, cada vez que alguien me pide que le ayude en algo, mi limite de paciencia baja un 87%, y me convierto super irritable y amargado. Pero hoy, se pasaron del límite, y como muchos dicen, "Exploté".
-Yammik! ¡Oye! ¡Espérame! - Gritó Imaya, la coqueta del salón, la que se hace llamar mi "mejor amiga", aunque en realidad solo me quiere para que la ayude con las tareas. Es irritante y horrible, solo tener amigos porque están interesados en tus habilidades. Torcí los ojos y me gire hacia donde había escuchado la voz de mi "amiga".
-Necesitas algo? - Le respondí más frío de lo que pretendía.
-¿Recuerdas que esta mañana, la maestra dejó un proyecto que se puede hacer de a dos?- Me dijo con una sonrisa tan arrogante como ella. Siempre usa esa actitud conmigo para que haga su parte del proyecto.
-Recuerdo perfectamente... Quieres hacer el proyecto conmigo o que?- Sentía como las ojeras se me estaban formando debajo de los ojos y era cada vez más difícil mantenerlos abiertos.
-Pues... ya que insistes, sería un placer hacerlo contigo.- Dijo Imaya con una emoción contagiosa y brillante. Creo que hasta llegué a sonreír un poco, pero luego recordé el motivo de su felicidad...
-Entonces, ¿Dónde nos reunimos? Si quieres puede ser en mi casa, como siempre.- Tan pronto como propuso eso la intente interrumpir para que no siguiera con su rutina de siempre.
-¿Sabes? Esta vez quiero hacerlo en mi casa, para salir de la zona de confort, trabajo mejor cuando estoy en espacios libres y diferentes...- Imaya me miró sorprendida por unos segundos, como si estuviera sorprendida de mi repentino cambio de opinión, o de pronto porque nunca antes había invitado a alguien a mi casa. De un momento a otro, Imaya sonrió y se rió, no entendía, ¿Qué era tan gracioso?
-Bueno... Eso es nuevo, pero de acuerdo. ¡Esto será muy divertido!- Me dijo Imaya más emocionada que cuando saco la nota más alta del grado, claramente gracias a mí.
-Ermmm, entonces te veo en mi casa... Vivo justo al lado de la calle Manizales, cerca de un edificio marrón. Si lo ves, gira a la izquierda y ahí encontrarás mi casa.- Sus ojos se movían de lado a lado como si estuviera viendo un mapa mental y anotando las instrucciones.
-¡Listo! ¡Entonces te veo mañana!- Gritó Imaya y se fue dando saltitos de conejo.
El olor a pan caliente se filtraba por mi ventana, la panadería de adelante estaba sacando el pan recién cocinado y colocándolo en los mostradores. Si su propósito de atraer clientes, pues está funcionando, si no fuera por el hecho de que tengo un compromiso, iría ahora mismo y me robaría todo el pan, y después arrasaría con los chicarrones. Solo con pensarlo se me hacía agua la boca. El timbre de mi casa me sacó de mis pensamientos... Me dirigí a la puerta principal y la abrí, ah, solo era Imaya.
-Hola.- Me dijo ella, la saludé de regreso y la invité a pasar.- Wow, tu casa es hermosa! Deberías invitar a más personas, puede que te hagas popular por las fiestas!
-Disculpa, pero de qué fiestas te refieres?- Le pregunté curioso
-Pues de las que vamos a hacer tontito! Esta sala es tan grande que pueden caber como mínimo 50 personas sin golpearse unas con las otras! A este tipo de lugares hay que sacarles provecho!
-Si.. Definitivamente no va a pasar eso. Nunca he ido a una fiesta y menos haré una! Ni lo pienses. Solo comencemos con esto.- Me giré y fui al estudio general, no la esperé ni nada, igual ella se puede ubicar sola.
Cuando al fin logró encontrar el estudio se sentó en el suelo y me miró como un búho en media noche, era creepy y daba bastante miedo, más su sonrisa, se parecía a Sally Williams.
-No es por ofender ni nada, pero con esa ropa pareces un subrayador...-Desvié mi mente de ese tema e intenté decirle algo para comenzar una conversación, pero algo me dice que esa no fue la mejor manera de hacerlo.
-Disculpa?!- Imaya se levantó de golpe y me miró con cara de "Dama indignada".
-Solo mírate, tu ropa es tan fosforescente que debe brillar bajo la luz ultravioleta! ¡Es exagerada!- Le dije señalando todo su atuendo de arriba a abajo, su cara de molesta y de indignada se hacía más grande y más notoria cada vez.
-Ay no pues perdona por tener algo de sentido de la moda.- Ush, por primera vez en toda mi vida la vi enojada, molesta y humillada, nunca pensé que sería posible ponerla en ese estado de ánimo.- Por cierto, tu solo te vistes como un maldito nerd y emo! Y tienes una cara de malandro que no te imaginas!- Me la quedé viendo, solo la veía, la observaba y miraba. Una sonrisa de oreja a oreja se me estaba formando el la cara, baje mi cabeza y empecé a reír como un completo loco.
-Q-qué es tan gracioso..? ¡Oye! P-por qué te ríes..!? Eh..?
-Mira quién está hablando, la típica chica "popular". Solo eres una falsa que se aprovecha de la gente para tener tus propios beneficios, y que das a cambio eh? Porque siempre sacas buenas notas gracias a mi! Y NUNCA me has dado las gracias o me has dado algo a cambio. Solo te vas como si fueras tu la que manda!- Hice una pausa para respirar, estaba sacando todo ese rencor que estaba acumulado en mi interior.- Pero sabes cual es la verdad? Sin mi literalmente no eres NADA ni NADIE, solo te quedaría la fama de "coqueta" y "popular", pero tus notas bajarían, y todo te dejarían de admirar, y eso pasará con muchas otras personas. Lo maravilloso de todo esto, es que cuando se me de la maldita gana, puedo elegir no ayudarlos y dejarlos con NADA! - Aún me quedaba más adentro, pero paré. La cara de Imaya se transformó en un lienzo en blanco, totalmente en shock, su expresión lo decía todo, "¿Que acaba de pasar?".
-Ermm, y-yo.... No me esperaba esa reacción de t-tu parte......-Dijo Imaya en un tono bajo y dudando, casi tartamudeando lo que decía.
-Si quieres puedo continuar, aun tengo cosas que decir.- Mi sonrisa seguía ahí, creepy y todo, pero cumplía con su función; asustarla. En un abrir y cerrar de ojos Imaya se inclinó hacia mí, como los saludos en las zonas orientales.
-¿Qué demonios haces?- Le pregunté, se veía ridícula así- Estaba llorando? Escuchaba sus llantos amortiguados por su posición, luego lo confirmé por las lágrimas que caían de su cara.
-¡Lo lamento mucho!- Dijo entre llantos.- No era mi intención aprovecharme de ti! Solo quería tener buenas notas!
-Sabes? Eso que acabas de decir sonó peor de lo que la situación es en verdad.
-Si lo sé! Pero es la verdad! En serio, en serio lo lamento!- Me arrodille para que mi cara estuviera a la altura de la suya y la hice mirarme, mi mirada era fría y afilada. Sonreí, como las sonrisas arrogantes que ella solía hacerme y le susurre:
-"Debiste pensar en eso antes de utilizarme para tu bien"- Sus ojos se abrieron más y las lagrimas salían y salían, se enderezó y solo se fue corriendo. Al fin algo de paz. Estaba consciente de que mis actos no fueron para nada amables ni considerados, pero era necesario, ya no podía aguantar más. El olor a pan caliente se filtraba por mi ventana una vez más, la panadería de adelante estaba sacando el pan recién cocinado y colocándolo en los mostradores. Si su propósito es atraer clientes, pues está funcionando, porque salí de mi casa y me dirigí al local a comer pan y descansar...