❝ Cazado ❞ ︴Alastor x Lectora

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❝ Cazado ❞

Palabras: 500

Temerle era pan de cada día, ¿o noche?
La realidad es que eso no se diferenciaba en el infierno, el tiempo allí ni siquiera era relativo.

Para ella, quien había sido condenada injustamente por las leyes de quién se hacía llamar Dios, había caído en el infierno por su simple ateísmo.

Si tan solo aceptaran ateos en el cielo ella con gusto hubiera sido la primera en ascender, pero ya era tarde, y antes que lamentarse eternamente, pues era claro que quienes caían nunca se levantarían, eligió ir por el verdadero camino del mal, después de todo Dios no condena dos veces.

Había comenzado a tomarle cariño al sufrimiento ajeno, claro, de quienes lo merecían, en su mente era una clase de juzgadora del infierno.

—¡Alastor, querido! —saludó la mujer, emocionada, como cada vez que se lo topaba.

—Buenaaaaassss, señorita —Alargó el locutor de radio, se notaba en cierto modo el cansancio que tenía de verla tan seguido, ¿acaso la habían mandado para espiarlo? Porque en ese caso, era buena en su trabajo—. ¿Qué se le ofrece el día de hoy por aquí, madam? —Intentó ser amable para que se largara pronto, era como su castigo en el infierno, la oji-marrón había tomado nada más ni nada menos que la forma de un canino al llegar al infierno, lo cuál en cierto modo curioso y cuestionable aterraba al demonio ciervo.

—Vaya, vaya, parece que alguien hoy no está de buen humor —habló burlona, sabía que el demonio no tenía ninguna clase de piedad con quienes lo retaban, pero estaba allí para vivir el momento, no para seguir siendo la tranquila mujer que algún momento fue.

—No me hagas perder el tiempo, cariño~ —amenazaba aunque su tono de voz no lo demostrara de esa forma.

—Chalie me pidió que te trajera estas flores, por aceptar trabajar en su hotel y bla, bla, bla —Le entregó las flores negras al de la radio. Éste las tomó y las hizo polvo, no las quería, punto final.

La fémina molesta, pues se había tomado el tiempo de traérselas, decidió enfrentarlo, de una forma un tanto peculiar.

—¿Crees que eso es educado de tu parte? —Era lo suficientemente ágil como para desaparecer de su vista, este la buscó con la mirada y al darse la vuelta la vió a centímetros de su rostro, mostrándole los dientes.

—M-maldita rata escurridiza — se quejó en un tono sarcástico, intentando mantener su sonrisa característica, sin embargo esta se torcía un poco. El estar tan cerca del animal al que más le temía lo hacía sentir inferior, como si estuviera siendo cazado, casi intentaba desviar la mirada. Poco a poco se iba desmoronando la valentía que le quedaba, tal vez se cansaría y escaparía, pero estaba congelado, solo se maldecía lo profundo de sus pensamientos.

—Yo también te quiero, Aly, jajaja —rió por lo bajo y se fue con elegancia, dejando al demonio sin palabras, sí que amaba rozar la muerte, era adrenalina única.

Alastor es un personaje muy peculiar que me dejó encantada desde el principio.
Quería dedicarle algún escrito pero no tenía algo claro hasta que me puso una amiga un pequeño reto de escritura durante mi bloqueo hace unos meses.

Es algo corto, pero si les gusta lo suficiente posiblemente termine por crear una historia más completa.