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Karl Jacobs, un jóven rubio de ojos cual agua había invitado a sus mejores amigos a una reunión formal en un palacio antiguo y muy lujoso.
Pero no sería cualquier reunión, sino una fiesta de máscaras y trajes. Todos debían jugar su pa...
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¿Tomaste los manteles de las mesas?
Sí, listo.
¿El vino? ¿Las vajillas? ¿Las copas?
¡Sí, sí y sí! Ya todo está en el camión.
Bien. . . ¿Ellos conocen la ubicación exacta, no?
Sí, Karl, relájate un poco —Nick respondió, liberando una ligera risilla.— Ya todo está cubierto, no tienes de qué preocuparte.
—Karl exhaló cansado.— Lo siento, es que quiero que todo salga bien. No quiero que nada surja y arruine el primer día.
Y no pasará, ya verás. —Mencionó el castaño con tranquilidad acercándose a Karl y posando una mano sobre su hombro.— Hoy vamos a decorar y planificar, mañana será la gran noche, así que calma.
Uhg.. sí, está bien, confío en tí. —Resopló el rubio mientras miraba los ojos contrarios con una sonrisa.— ¿Todos están reunidos en el lobby del hotel?
Sí, así es. Debo ir por ellos a ver si están listos para empezar a hospedarnos, además de esperar un poco a los que faltan que vienen ya en camino.
Ésto será una locura. —Agregó Karl con ansias.— Es lo máximo.
Oh, créeme que sí. —Nick devolvió la sonrisa emocionada.— Y bueno, ya debo irme. ¿Te quedas a terminar todo, no?
Sí, debo llamar a Jimmy para informarle de el camión y debo pasar a la tintorería a ver si ya tienen mi traje.
Traje, eh. —Recalcó el castaño de manera coqueta.—
Pues sí, no usaré un vestido. —Aclaró el rubio de la misma forma.—
—Nick liberó una risa, alejándose poco a poco del contrario para luego dirigirse hacia la puerta sin más que añadir a la plática.— Está bien, te informaré de todo lo que ocurra. ¿Ok?
Sí, por favor. Gracias Nick. —Respondió Karl con una sonrisa agradecida.— ¡Nos vemos más tarde, entonces!.
¡Bien, nos vemos! —Y así fue como Nick salió, cerrando la puerta detrás suya.—
— En cuánto la habitación nuevamente quedó en silencio total, el rubio de ojos azules se vió obligado a soltar una ligera risa de forma dulce, cerrando sus ojos con suavidad y subiendo sus manos hacia su rostro para taparse con las mangas de su hoodie, las cuales estiraba un poco para lograr su cometido. Sin querer se había ruborizado, había ensanchado más su sonrisa, pues se sentía realmente bien, se sentía muy feliz. Nick, sin duda alguna fué lo mejor que le pudo haber pasado, conocerlo fué un regalo y quererlo fué una bendición. Estaba agradecido completamente con todo lo que había echo por él hasta ahora y lo haría eternamente, pues le había enseñado a amarse a sí mismo.
