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Karl Jacobs, un jóven rubio de ojos cual agua había invitado a sus mejores amigos a una reunión formal en un palacio antiguo y muy lujoso.
Pero no sería cualquier reunión, sino una fiesta de máscaras y trajes. Todos debían jugar su pa...
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No me digas que ese es lugar. -Dudó Dream algo incrédulo.-
Oh sí, lo es. -Afirmó Sapnap sonriendo.-
¡Es una puta locura! ¿Cómo pagaron eso?- -George exclamó con sorpresa.-
Con ahorros mensuales y un poco de ayuda de MrBeast. -Volvió a responder a Sapnap.-
¿Un poco?.
Sí, sólo un poco.
Ya sabes a lo que se refiere con "poco".
-Afirmó el rubio de los tres al final para luego reír mientras miraban las ventanas, admirando el entorno y divisando el palacio desde lo lejos. Los vidrios se encontraban empañados, un poco de cierto modo, pues la neblina y el frío condensado hacían que gotas se deslizaran por el cristal. La música se detuvo por un segundo a lo que Nick trató de volverla a encender, pero parecía que el disco se había trabado o mejor dicho se había caído la conexión, debía ser por la lluvia. Éste preguntó si era el único sin señal, a lo que los demás le miraron confundidos pues ellos sí tenían, que extraña situación. Nick miró su celular y decidió reiniciarlo, tal vez sólo fue un error de su placa, nada que no se resolviera.
- Sin embargo, su celular ya no quería encender por lo que ésto confundió más al castaño. ¿En serio ésto estaba sucediendo?. Dream sugirió que quitara la batería por un segundo, que soplara un poco y que de nuevo la introduciera. Eso mismo hizo Nick, quitó la tapa de atrás y aplicó lo que dijo su contrario a ver si habían resultados. Nada de nada. ¿Se había quemado su celular?. George rió un poco y los demás le miraron con tristeza sarcástica, a lo que Nick también rió. Vaya manera de iniciar el tour, con el teléfono hecho mierda, ésto sólo le sucedía a él. La voz del chófer interrumpió, informando que habían llegado a su destino, por lo que todos miraron las ventanas, admirando el lugar; o lo que podían admirar, pues lo empañado de los vidrios era un fastidio.
¡¿Ya podemos bajar!? Por favor, por favor. -Exclamó Niki con emoción.-
Espera un poco, ya casi estacionan. -Mencionó la chica pelinegra a su lado mientras le daba un abrazo.-
¡Lo sé, Minx! Pero Dios, qué hermoso se ve. -Agregó correspondiendo al abrazo.-
Niki, somos británicos, casi siempre vemos palacios así.
