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Abrí los ojos mientras escuchaba como el despertador sonaba aquella molesta alarma con un sonidos de Bip Bip constantemente, por lo que aun soñolienta moví mi mano pulsando el botón que apagaba aquel aparato que días como este me entraba el deseo de simplemente estrellarlo contra la pared y no volver a oírlo, tristemente no podía hacer tal cosa, este, con una molesta lucecilla roja indicando que eran las 9:00 Am, me quite las cobijas de encima del cuerpo y me dirigí al baño de la casa mientras cogía mi toalla verde manzana, a la vez que notaba el olor del desayuno que preparaba Ana, mi madrastra, luego de unos minutos salí del baño y me dirigí nuevamente a mi cuarto. Luego de colocarme mis lentes y vestirme de manera "casual" con una playera Roja con líneas horizontales blancas, mis zapatos negros con agujetas y unos Jeans normales decidí bajar a desayunar donde estaba mi hermano Luis y mi madrastra Ana desayunando. No entiendo verdaderamente el por que debo ir al psicólogo un día de vacaciones de verano, lo peor es que era de los últimos días de dicho ciclo vacacional ¿Por qué debía perder preciosos días de flojera por algo como esto?, estoy consciente de cuan insegura puedo llegar a ser a veces, pero ¿es de verdad necesario?

-Buenos días Isabela

Dijo mi madrasta de manera sonriente, pero su sonrisa era un poco falsa, hacia tiempo que ni ella ni yo sonreíamos con ganas de verdad, pero yo solo me limite a mirarle y sonreírle un poco y empezaba a comer de los panqueques con miel que ella había preparado. Realmente estaban deliciosos pero no se comparaban a los que hacia mi mamá, mientras comía los panqueques miraba como Luis jugaba en su teléfono despreocupadamente algún videojuego del que yo no tengo ni idea, siempre me llamaron la atención los videojuegos pero pocos títulos me agradaban verdaderamente, Leonel mi hermanito no sabia ni hablar aun, así que no daba demasiados problemas. Por otra parte recordé nuevamente que debo ir hoy a ver al psicólogo, aunque tengo algo de nervios porque jamás he conocido a ninguno, el hecho de pensar en las múltiples preguntas que me hará me pone nervosa, las preguntas siempre me ponen muy nerviosa. Luego de desayunar y saludar a mi gato Simón con unas caricias en su cabeza, me dirigí sin mucha confianza al carro de mi madrastra subiéndome en el mientras abría mi Facebook en el celular y vi un mensaje Ángel, un amigo de Venezuela, es un chico que es de muy lejos ya que yo vivo en Monterrey en México, mientras que él dijo que vivía en un pueblito de Venezuela, en la zona llanera de ese país.

-Hola Isabela, ¿Cómo estás?


-hola bien y ¿tu?

Miraba por la ventana del auto esperando llegar a donde aquel psicólogo y terminar con esto de una vez, sentí de golpe que mi teléfono vibro y rápidamente vi que tenia un mensaje de Ángel.

-bien, bien jeje, me alegra que estés bien


-también me alegro que estés bien

cerré la aplicación del Messenger de Facebook tras eso para mirar otra vez por la ventana... parece que no había mucha gente en la calle, apenas pude contar unas dos durante el tiempo que miré por la ventana, vi que el carro se detuvo frente a un consultorio bastante grande con exterior de blanco con detalles negros que no vi con detenimiento, solo deseaba terminar con esto pronto, me baje del carro siguiendo a Ana a la vez que observaba a mi alrededor como era aquella sala de espera: ¡todo era de color blanco!, había algunas macetas con plantas junto a las puertas y cerca de las sillas de espera, un reloj de agujas en la pared y nada mas apreciable, luego vi a la recepcionista, una mujer alta de cabello amarillo intenso de rostro amable tras una computadora negra.

-Buenos días ¿tiene cita?-Pregunto la recepcionista sonriente.


-Buen día, una consulta para Isabela luna

Dr. FobiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora